Una vez que el pescado está en la talega, ganancia del pescador; y si el río anda revuelto, pues más ganancia. Ayer el Pleno municipal aprobó las liberaciones de los concejales electos para este mandato y, más allá de lo que podría esperarse después del bochornoso debate en los últimos días sobre cuántos de ellos pasarían a cobrar de las arcas municipales, el resultado fue histórico. Nunca una Corporación de la capital tuvo a tanto insigne político cobrando de las arcas públicas. Finalmente, los 27 cobrarán de un modo u otro: 22 de ellos como liberados con dedicación exclusiva (2.700 euros al mes, netos) o parcial (unos 2.000 y otros 1.700 euros) pudiendo mantener sus empleos; una como personal administrativo adscrito a su grupo municipal; y los otros cuatro de otras administraciones en las que también tienen cargos. Todo ello en el mismo pleno en el que se aprobó pedir un nuevo préstamo de 7’8 millones de euros para pagar la extra de verano de la plantilla municipal. Eso sí, todos ellos mantendrán el discurso de que tienen sus empleos y profesiones y que no necesitan la política para vivir. Tal vez sea cierto y no se trate solo de vivir, porque muchos jienenses y españoles saben muy bien con qué poco se puede vivir (se debe en estos tiempos) y tan solo dependa de un pequeño matiz que se escapa al común de los mortales: que solo quieran vivir mejor. Sin duda estamos en un nuevo tiempo que si se cuestiona, lo tacharán de demagogia.
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