Han pasado cuatro años de gobierno del PP en la ciudad que han dejado a los populares con la frente marchita, como cantara Gardel, más pendientes del pasado y de la herencia recibida que de buscar soluciones a la dramática situación del Ayuntamiento de Jaén. El final de la campaña electoral está siendo un fiel reflejo del mandato, con viejas promesas incumplidas de unos y otros, pero con un equipo de gobierno del PP, que a la desesperada, después del revés del video de su secretario general y portavoz municipal, Miguel Ángel García Anguita, en el que reconocía la colocación a dedo de trabajadores, ha abierto el cajón y desempolvado facturas de gastos del anterior gobierno de coalición PSOE-IU, una denuncia reiterada en las comparecencias públicas del alcalde y de muchos de sus concejales que nunca acabaron en los tribunales, como hubiera sido justo que se hiciera si se albergaba alguna duda sobre su legalidad. Ahora, esas facturas, en las que además se involucran a negocios y empresarios de irreprochable actitud y trabajo en la capital, llegarán a los tribunales, a lo penal, de la mano del PSOE, y a la Junta Electoral Provincial, que deberá pronunciarse hoy. Facturas de una administración pública con proveedores, usadas como propaganda electoral por un partido con la frente marchita en un nuevo tiempo donde el diálogo, el respeto y la convivencia serena deberán marcar el futuro.
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