Aunque el Día del Libro se celebra hoy, 23 de abril, porque en su día se creía que en esa fecha coincidió la muerte de William Shakespeare y Miguel de Cervantes, lo cierto es que el universal escritor español murió el día 22 de abril de 1616 y fue enterrado al día siguiente, el 23. Sin embargo, independientemente de la celebración, que sirve (y bienvenido sea) para impulsar la venta de libros y para que sus autores tomen contacto con los lectores, es necesario lanzar un SOS sobre los niveles de lectura de nuestro país, de Andalucía y especialmente de Jaén, que suele cerrar también las tablas de ese indicador. Es complicado crear el hábito de la lectura tan sólo en el colegio si en el entorno familiar no existe previamente. No quiere decir ello que el futuro no depare lectores que no adquirieran el hábito en su casa, pero sociológicamente es más difícil, por lo que la responsabilidad de los padres no solo pasa por ponerle un libro a su hijo en las manos, sino por cogerlo ellos. O un periódico, o una revista. Amar la lectura se consigue leyendo, conviviendo con ella, acariciándola, disfrutando del olor a papel impreso. La lectura es la única llave que conduce a la libertad. Lo ha sido históricamente y lo será hasta el fin de los tiempos, sea cual fuere el soporte. No es por tanto el Día del Libro más que un acento sobre algo fundamental para nuestro futuro, la lectura, porque sin lectores no habrá ni escritores ni futuro.
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