Han pasado ocho meses desde que allá por el mes de julio comenzaran las obras del parque de La Alameda, el más antiguo de la ciudad y uno de los más visitados por los jienenses. Ocho meses en los que cuesta saber cuántos días ha estado la obra en marcha. Ahora, tras un nuevo cambio de empresas y nuevas subcontratas, los trabajos se siguen aplazando una semana tras otra, mientras impotentes, han cerrado los pocos establecimientos que había en la zona y el resto aguantan como pueden. Ahora es una firma la que falta para formalizar el cambio de empresa, pero poco se ha hablado de qué parque se encontrarán los vecinos de Jaén una vez que concluyan las obras (perdón, que empiecen); porque de aquel primer proyecto que presentó el Ayuntamiento en la primavera del año pasado poco queda ahora, a tenor de las declaraciones del gobierno en el Ayuntamiento. ¿Dónde está el protagonismo que iba a tener el agua en el parque? ¿Dónde todo aquel espacio peatonal ganado al tráfico y aquella calle que conectaba con la avenida de Granada? Ocho meses para embaldosar y adoquinar, o lo que es lo mismo, ocho meses para darle un lavado de cara a un parque, que lo necesitaba, pero que está pagando un precio demasiado alto para el resultado final que se presume. Y, como siempre, la información y la verdad, oculta.
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