Desde que Estrabón, Plinio o Ptolomeo allá por el siglo VII a. C. hablaran de la cultura ibera hasta nuestros días, el paso de los años ha dejado grabadas en los surcos de esta tierra algunas páginas trascendentales de la historia, como las batallas de Baécula, Navas de Tolosa o Bailén. Y el caprichoso devenir de las eras y de la naturaleza, algunos de los paisajes más bellos del país, como sus cuatro parques naturales. El hombre también ha dejado huella en esta tierra y su esfuerzo, trabajo y tesón han convertido a la provincia de Jaén en el mayor bosque de olivos del mundo. Todo ello, lejos de caer en el olvido es necesario tenerlo muy en cuenta hoy en día, porque fruto de todo es el rico legado cultural, patrimonial y natural que tiene Jaén. Ayer los jienenses celebraron el Día de la Provincia, una efeméride, que aunque joven en el calendario, debe servir ya para subrayar la identidad de un pueblo, el de Jaén, que tiene muchos más motivos por los que sentirse orgulloso que por los que lamentar amargamente su devenir. Por ello, hasta el próximo domingo, la Institución Ferial acoge la segunda Feria de los Pueblos, organizada e inaugurada ayer por la Diputación Provincial; un encuentro que abre un camino en el amplio crisol de las riquezas de Jaén que no debe faltar, y mucho menos en estos tiempos de dificultades, pero no exentos de oportunidades. Bienvenida un año más, pues, esta feria de Jaén y de sus pueblos.
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