Más de 10.000 espectadores se han acercado este año a la décimoquinta edición del Festival de Otoño, que se dice pronto, y que con sus luces y sus sombras (éstas de la mano del anterior equipo de gobierno del PSOE e IU) se ha convertido en un claro referente de la cultura de esta provincia, a pesar de la flaqueza presupuestaria. El tesón y el empeño de la concejal de Cultura, Cristina Nestares y de su equipo, con Miguel Ángel Gaite a la cabeza, han mantenido erguida una cita que lejos de tambalearse, ha sabido aprender de sus errores y adaptarse a estos tiempos en los que nadie apuesta un duro por la cultura, pero que todo el mundo reclama, a ser posible gratis. No ha sido el caso de esta edición que gracias al apoyo de decenas de empresas y otras administraciones junto al Ayuntamiento, ha mantenido el tipo con algunas citas que poco tienen que envidiar al circuito nacional. Sirva por tanto el número de espectadores para afianzar definitivamente el Festival de Otoño de Jaén y para que los jienenses, cuando salgan de sus casas, como hacen cuando viajan a otras ciudades, acudan al teatro, al ballet, a la ópera y a todas las actividades que se programan en la capital, que no son pocas y a las que nunca les vendrá mal un poco más de público. Como tampoco le vendrá mal al público asistir a ellas.
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