La política de hechos consumados tiene en algunas ocasiones una doble dirección y a veces, donde las dan las toman. El anuncio esta semana del portavoz parlamentario del PP andaluz, Carlos Rojas, de que todos los alcaldes de capitales de provincia populares repetirían como candidatos no ha debido sentar muy bien en San Clemente ni en Santa María, ya que el alcalde, José Enrique Fernández de Moya, hombre de partido respetuoso con los tiempos, los estatutos y disciplinario orgánico donde los haya (salvo cuando se incumplen los estatutos) no tardó en dejar claro que quien propone al candidato es el Comité Electoral Provincial y que quien lo aprueba es el Nacional. Y aunque la decisión está tomada, como ha dicho en numerosas ocasiones, y comunicada, considera que no ha lugar a que San Fernando se salte la disciplina de partido e interprete los estatutos del PP, aunque el resto de alcaldes de capitales de provincia ya lo han confirmado y la foto tenga que esperar. Detrás del tira de Sevilla y el afloja de Jaén, que otras veces fue al contrario, está la herida de la guerra ganada por Arenas a Cospedal para poner a Moreno Bonilla en lugar de José Luis Sanz, que hubiese contado con Fernández de Moya. Y mucho más atrás están los jienenses, que podrían no entender cómo no brota gozoso, lleno de dicha y orgullo, un anuncio del que es el alcalde más votado de Jaén.
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