Es más que significativo que en los tiempos que corren, con las cajas y entidades financieras en tela de juicio por el uso que la mayoría de sus consejeros, sin pudor y escrúpulo alguno, hacían de fondos que no se declaraban, la sociedad jienense haya rendido un merecido homenaje a la Caja Rural de Jaén en la persona de su presidente, José Luis García-Lomas Hernández. Bien es cierto que esta provincia es capaz de algunos hitos que sonrojan a los jienenses, pero también lo es que es capaz de algunas hazañas (porque no hay otra manera de definir el trabajo realizado por la Caja Rural en Jaén) que deben hacernos sentir orgullosos. El pasado sábado, Jaén quiso rendir un homenaje y devolver parte de la dignidad que José Luis García-Lomas y la Caja Rural han dado en estas casi seis décadas a la provincia, en defensa, primero, del medio rural y olivarero; del rico y muchas veces olvidado patrimonio cultural y arquitectónico; y tercero, de la educación y el desarrollo de la Universidad de Jaén, UNED y la sede Antonio Machado de la UNIA. No viene largo reconocer a las personas que han luchado por levantar y dignificar esta tierra desde el trabajo y el compromiso social. Jaén no sería lo que es actualmente sin el apoyo de la Caja Rural, una entidad cien por cien jienense, que, en la figura de su presidente desde hace 35 años, García-Lomas Hernández, ha creído como pocas instituciones en las posibilidades y fortalezas de esta provincia. Enhorabuena.
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