Comienza la nueva andadura de la Catedral de Jaén hacia la declaración por la Unesco como Patrimonio Mundial como extensión de Úbeda y Baeza con la reunión por primera vez del comité de expertos ayer en el Ayuntamiento de Jaén. La intención desde que la anunciara en estas páginas el alcalde de Jaén, José Enrique Fernández de Moya, nos pereció ambiciosa y esperanzadora ante el mazazo que supuso la retirada de la candidatura tras el informe desfavorable de ICOMOS. Sin embargo, tras la primera toma de contacto, teniendo en cuenta que estamos en periodo vacacional y hubo ausencias importantes, se nos antoja poco ambiciosa en cuanto a los planteamientos trasladados a la opinión pública ayer. Rebatir simplemente los argumentos planteados por el informe desfavorable y reconocer como se hizo ayer que quizá no se habían sabido expresar bien parece una estrategia un tanto corta, si tenemos en cuenta la política actual de la Unesco. La Catedral de Jaén precisa de análisis menos simplistas que los expuestos ayer y creemos que a esta representación deberían sumarse más opiniones técnicas y especializadas. No se forma un comité de expertos solo con políticos que no se sabe muy bien donde estarán dentro de un año. El planteamiento es acertado, pero ahora hay que llenarlo de contenido científico, para que no se convierta en un nuevo brindis al sol.
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