No hubo demasiadas sorpresas en la elección del secretario general del PSOE y finalmente Pedro Sánchez se impuso sobre sus compañeros Madina y Pérez-Tapias. Una vez más el peso de Andalucía se notó y Jaén apoyó al madrileño a pesar de la preferencias de Díaz. Ahora queda un largo camino para los socialistas, con un partido herido que debe llegar de nuevo al voto de izquierdas, precisamente cuando más difícil lo va a tener, porque todo aquel descontento de los indignados, del 15-M está cuajando finalmente bajo un paraguas, el de Podemos, que suma cada día adeptos en todo el país. La prueba de fuego serán sin duda las municipales, después de los malos resultados cosechados en las europeas. Enfrente el PSOE se encontrará con un PP al que el desgaste de la gestión de la crisis no parece hacerle pasar demasiada factura, sobre todo con la amplia mayoría que obtuvieron en los últimos comicios. Su electorado es más fiel que el socialista y además, tiene menos opciones para castigar la actual gestión. Lo que sí está claro es que la alta participación responde a una necesidad de cambio, de buscar nuevas fórmulas y de acercarse más a la calle. Habrá que ver si las heridas abiertas en el proceso cicratizan con rapidez porque ahora se abre el debate en los territorios. En Jaén el liderzgo provincial aún busca respuesta en la capital y habrá que medir los pasos muy mucho.
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