No es serio lo del tranvía. A cualquier persona ajena a todo este despropósito político que se llama sistema tranviario de Jaén a la que se le cuente lo sucedido desde que se pusieron en marcha las obras, creería que le hablamos de una película de género, de un western moderno ambientado en un pequeño pueblo de la España profunda. Ayer, el delegado de Fomento de la Junta de Andalucía, Juan Antonio Sáez, tras pedir el Ayuntamiento de Jaén el cumplimiento del compromiso adquirido para compensar a la ciudad con dos nuevos parques y zonas verdes, como consecuencia de la tala de árboles que dejó en la retina de esta ciudad a una improvisada activista ecológica Cristina Nestares, el delegado se despacha, tranquilamente, diciendo que “no hay documento jurídico ni convenio que comprometa a la Junta” para su construcción. Así ha borrado, de un plumazo, lo que sus propios compañeros de partido pelearon durante días en largas reuniones entre el Área de Medio Ambiente del Ayuntamiento, entonces, por 2009, en manos de IU, y la delegación de Obras Públicas de Rafael Valdivielso. Se entendieron y llegaron a un acuerdo. Es más, el técnico Santiago Donaire redactó los proyectos, que deben estar en los cajones olvidados donde las administraciones han enterrado el tranvía de Jaén. En definitiva, una vuelta de tuerca más de este guión aún sin terminar.
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