Jaén

La Santa Cena engrandece el Domingo de Ramos

La Virgen procesionó a costal, por primera vez, y recorrió un itinerario lleno de caridad y consolación

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  • Procesión de la Santa Cena. -

Oración, caridad, consolación, evangelización, orden y belleza. La Hermandad Sacramental de Jesús Salvador en Santa Cena y María Santísima de la Caridad y Consolación realizó ayer su procesión de penitencia desde la iglesia parroquial de San Félix de Valois, cuyos alrededores se llenaron de centenares de jienenses que esperaron con respeto el inicio de su itinerario.

Minutos antes, en el interior, los hermanos vivieron momentos de oración de la mano del capellán de la Hermandad, Santos Lorente, que este año no ha podido salir en procesión. A él le dedicaron los costaleros del Misterio la primera 'levantá'. Minutos antes de salir, la familia de Rubén Paulano, un costalero de la novena trabajadera fallecido el 22 noviembre de 2014, ofreció al Cristo dos  ramos de flores en su recuerdo.

El capataz, Francisco Javier Carrasco, se fundió en un abrazo con la esposa y la madre; y animó a los 55 hombres que esperaban bajo el Misterio a iniciar una procesión de penitencia marcada por el esfuerzo. Una vez en la calle, los jienenses que esperaban aplaudieron su paso, a costal, al son de las marchas interpretadas por la Banda de Cornetas y Tambores de la Expiración de la capital. El capataz Manuel Molinos y los contraguías Guillermo Fuentes y Víctor Manuel Amate, fueron los ojos de los costaleros.

En la calle, el color burdeos de las capas de los nazarenos, las mantillas de las mujeres que precedieron a la Virgen y el olor a incienso, fueron anunciando el paso de una de las cofradías más jóvenes de la capital. Fue el 9 de abril de 2006 cuando la Hermandad realizó su primera salida en procesión de penitencia y la de ayer fue la primera para Fernando Casado como hermano mayor de la Junta de Gobierno.
Una de las novedades de la salida en procesión de la Hermandad fueo que María Santísima de la Caridad y Consolación caminó a costal, sobre 35 costaleros (dos turnos). Con un exorno floral blanco y rosa, la Virgen embelleció el itinerario con su paso. Lo hizo al son de la de la Banda de Música Tubamirum de Cañete de las Torres (Córdoba). Los músicos fueron tras Ella al son de la marcha 'Caridad y Consolación', una tradición a la salida de la sede canónica.

Los capataces de la Virgen, Jesús Ramírez y Salvador Pérez, caminaron ante el palio guiando a los costaleros.

El paso por Pilar del Arrabalejo, la carrera oficial y la calle Maestra fueron los momentos de mayor recogimiento para los hermanos que acompañaron en procesión a las imágenes titulares y para los jienenses, que se echaron a la calle y la esperaron a su paso.

La recogida en el templo estuvo marcada por la consolación de haber podido realizar una manifestación pública de fe, que sembró respeto y recogió el cariño y la devoción de miles de jienenses.

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