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Urbanismo, a pesar de ser un área de vital importancia para una ciudad como El Puerto de Santa María, permite a su responsable estar mucho más tiempo escondido

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Urbanismo, a pesar de ser un área de vital importancia para una ciudad como El Puerto de Santa María, permite a su responsable estar mucho más tiempo escondido en su despacho y alejado del foco mediático.

Supongo que ésta ha sido la principal razón para que el señor alcalde haya colocado ahí a Ángel Quintana. Casi nos traslada la escena al Renacimiento, donde el mecenas (en este caso David de la Encina) trata a su patrocinado (Ángel Quintana) como artista polifacético que lo mismo te lleva Turismo, que Fiestas, que Comercio que ahora te gestiona un Plan General o la terminación del ansiado Plan del Casco Histórico.

Desde que comenzó el mandato allá por junio de 2015, no ha habido hora ni fecha en el calendario en que Quintana no se haya metido en un charco o en el que algún colectivo haya publicado su opinión contraria a la gestión del edil.

Pero se ve que esto, más allá de menoscabar la carrera política de este concejal, ha animado al señor alcalde a darle la responsabilidad, nada más y nada menos, que del Urbanismo de la ciudad.

Creo, como escribía al principio, que se debe más a una operación de escondite que de creer en las posibilidades de quien no tienes más remedio que tener en tu Gobierno.
Desde luego, nada que objetar a que Antonio Fernández haya pasado al área de Economía y Hacienda.

Desde luego, ya en sus inicios era una de las favoritas en adjudicarle y siempre tuvo sobre su nombre esa posibilidad de que fuera él, uno de los más preparados del actual bipartito, para poder llevar las cuentas municipales.

Los cambios de Gobierno deben entenderse siempre con normalidad y no debe hacerse de ellos grandes alardes ni estridentes torceduras, pero en El Puerto, en este año y medio de mandato corporativo, se han hecho demasiado frecuentes.

Debe ser, como decía hace escasas fechas, que a este se referían con lo de “gobierno del cambio”.
Desde luego, El Puerto no puede estar esperando a que Quintana y los demás concejales terminen de cuajar en una responsabilidad ni el alcalde termine de encajar las piezas.

El Puerto necesita una mayoría basada en el diálogo, que, como ellos mismos exigían cuando eran oposición, no se puede pedir solo en la votación de los puntos en los Plenos, sino que debe ofrecerse durante la gestión diaria.

De lo contrario, se encontrarán siempre con oposición y críticas.

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