Nadie lo pone en duda, el turismo es el principal motor económico de Andalucía. Y de Málaga. Cada vez más, nos encontramos titulares que así lo confirman cada verano, cada Navidad, cada Semana Santa; pero ¿por qué estos datos no se reflejan en el empleo? ¿Y si lo hacen, por qué no se convierte en un empleo estable y de calidad? El auge del turismo no se ve reflejado en las cifras del paro, y solo nos llegan datos de contratos temporales encadenados. ¿Hasta cuándo? Si se pretende prestar un servicio de calidad, el sector debe incorporar ya más recursos humanos, ¿o dónde van esos beneficios y los continuos récords? Leo en la página web de este diario, una vez más, los resultados positivos que el turismo arroja en la Costa del Sol y su reflejo en el empleo; y que el empleo en el sector turístico goza de buena salud. Actualmente, uno de cada cinco ocupados en 2017 en la provincia trabajó en el sector, esto es un 4,1 por ciento más con respecto a 2016. Nadie lo puede negar. La economía de la provincia depende del factor turístico. La hostelería, las agencias de viajes, el ocio y la cultura acogen, ya a un diez por ciento del empleo que se crea. Pero este empleo está muy condicionado por la temporalidad. Está claro, que todas las instituciones hacen un gran esfuerzo año tras año por apostar por un sector, que parece no tiene límite, ya que cada vez que nos dan un dato hay un récord, en todo menos en empleo. Pero, el trabajo de las administraciones se hace con el objetivo de generar más y mejor empleo, de calidad, para que la recuperación sea real para todos y no solo en unos pocos. Si usted se siente en una terraza, por ejemplo, a comer, verá que hay más mesas y llenas, pero si cuenta los trabajadores del establecimiento, probablemente, verá que están los mismos. El mejor servicio que el turismo puede hacer por el empleo sería la creación de empleo estable.Es decir que el empleo en el sector goce de buena salud cuantitativa y cualitativa.
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