Hueste

La moción de Pablo

Sus motivos tendrán los socialistas para esa opción, por mucho que extrañe a una parte importante de su electorado y de la sociedad española

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El líder de Podemos, Pablo Iglesias dejó atrás el invierno -hacía semanas que él y sus jugadas no marcaban la agenda política- con la idea de proponer una moción de censura al Partido Popular tras los nuevos escándalos en Madrid. No obstante, más de uno sabe que la estrategia de la formación morada no es otra que desgastar al PSOE, y entrar en el debate de las primarias. Incluso entrar en la agenda de los medios después de una ausencia significativa desde hacía tiempo.

Con esta propuesta, Iglesias no ha hecho más que desviar la atención de la tormenta que había en calle Génova, mientras Rajoy, como es habitual, abría el paraguas para esperar a que escampara.  Claro que el PSOE tampoco ayudó, cuando evitó, con sus votos en la mesa del Congreso, la comparecencia del presidente del Gobierno en la Cámara, para ser preguntado por los casos de presunta corrupción en la comunidad de Madrid. Sus motivos tendrán los socialistas para esa opción, por mucho que extrañe a una parte importante de su electorado y de la sociedad española.

Hay que reconocer la creatividad de Pablo Iglesias y los suyos para recuperar la agenda informativa. Y sus argumentos “visibles” -responsabilidad política, por obligación ética, frenar la corrupción, etc.- e invisibles, ya que la estrategia no es otra que desgastar al PSOE, en pleno proceso de primarias. Nadie duda de que esta jugada puede darle rédito a corto o a medio plazo, ya que independientemente de la posición de los socialistas y de quien gane las primarias, solo hay dos respuestas: o apoyar la moción o apoyar por omisión que el PP siga en el Gobierno.

Se le olvida a Iglesias que él pudo haber evitado hasta dos veces que Rajoy fuese presidente, pero le pudo más la idea de seguir desgastando al PSOE. Aunque el PSOE, para tomar la decisión que tomó, pudo evitar unas segundas elecciones, y ahora tendríamos presupuesto y la nueva normalidad iría avanzando y no estaría estancada.

Tiene gracia, que el líder de Podemos hable ahora de la necesidad de escuchar a la sociedad civil, cuando las urnas y los agentes sociales pidieron un gobierno de cambio y él miró para otro lado.

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