El ministro de hacienda, Cristóbal Montoro apeló ayer a la responsabilidad de la oposición para aprobar los Presupuestos Generales del Estado (PGE). Razón no le falta, y es cierto que este país no puede permitirse más tiempo con unas cuentas prorrogadas. Pero, apelar a la responsabilidad de los demás para que apoyen un decisión unilateral y sin apenas negociar –ni intentarlo- también es irresponsabilidad. Pero no está en condiciones de pedir el Gobierno, ni la oposición de no dar.
Los gobiernos de turno siempre presentan sus cuentas con las mejores intenciones y casi siempre con generosas palabras como “la mayor inversión…”, “estos son los presupuestos para salir de la crisis”, “avanzar significativamente”, “despegar”, “reactivación”. Por su parte, la oposición de turno todo lo contrario. “Falta por incluir…”, “el gobierno miente con esas cifras”, “que muestren le ejecución presupuestaria”, “hay una previsión falsa de ingresos”. Todos los años tiran de plantillas y, como mucho, unos y otros cambian ejemplos. Poca originalidad. Y por supuesto de votar lo contrario a lo esperado, ni se les pasa por la cabeza.
En una ocasión, un compañero de formación me dijo que un presupuesto es eso, un pre-supuesto, una previsión de gastos e ingresos, y a partir de ahí, se planifica la política y la gestión de una institución. Pero lo importante en estos casos no es solo contar qué se va a hacer, sino demostrar qué se ha hecho para que te crean.
Siempre he pensado que ni todo puede estar perfecto ni tan mal. Debe haber un término medio. Pero para eso hace falta diálogo, voluntad política y entendimiento, algo que parece difícil en política. Es lógico que haya diferencias, no todos los partidos son iguales, ni tienen los mismos proyectos ni los mismos intereses. Sin embargo, lo que percibe la ciudadanía es una guerra de cifras, un “y tú más”, sin apenas alternativas.Y ese no es el mensaje que los españoles dejaron en las urnas, por mucho que lo interpreten así sus representantes.
Recientemente Rajoy dijo que en estos tiempos toca “hacer amigos”, y toca porque así lo decidieron los electores, algo que parecen no recordar en el PP. Los amigos se entienden y cuando no están de acuerdo buscan soluciones.
Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es
