La escritura perpetua

Voz de Lorca

La voz de Federico García Lorca sigue viva. A Federico lo asesinaron en 1936, pero nunca se ha ido, siempre ha estado aquí

Publicado: 14/03/2018 ·
16:20
· Actualizado: 14/03/2018 · 16:20
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Autor

Luis Eduardo Siles

Luis Eduardo Siles es periodista y escritor. Exdirector de informativos de Cadena Ser en Huelva y Odiel Información. Autor de 4 libros.

La escritura perpetua

Es un homenaje a la pasión por escribir. A través de temas culturales, cada artículo trata de formular una lectura de la vida y la política

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La voz de Federico García Lorca sigue viva. A Federico lo asesinaron en 1936, pero nunca se ha ido, siempre ha estado aquí. El dramaturgo andaluz Alberto Conejero acaba de publicar en la editorial Cátedra los dos actos que Lorca dejó sin escribir de su obra teatral ‘Comedia sin título’. Federico sólo llegó a terminar, antes de su muerte, un acto, el primero, vanguardista, hermoso, poético, de una obra que consistía en una colosal reflexión sobre la revolución y el teatro. Ahora, con el título de ‘El sueño de la vida’, Alberto Conejero ha concluido esa obra con puño firme y delicado, en una extraordinaria iniciativa de amor a Lorca, al que siempre ha tenido como referente y del que ha cogido música e inspiración para sus escritos. “Mi obra está muy imantada por la de Federico”, ha dicho Conejero en alguna ocasión. 

‘El sueño de la vida’ está lleno de Lorca: de frases de sus obras, de reflexiones sacadas de entrevistas que le formularon en su día. Pero no hay -al menos no se percibe así- un trabajo documental por parte de Conejero, sino que ‘El sueño de la vida’ fluye de frases guardadas en la memoria, con una escritura fluida, siendo Lorca sin ser Lorca. El resultado, ya está dicho, ha sido extraordinario. Alberto Conejero, como Lorca, considera que el creador debe mantener una distancia prudencial hacia lo político. No estar demasiado cerca de la política -porque sería devorado- ni excesivamente lejos -porque su esfuerzo resultaría inútil-. Y nos viene a decir Conejero en esta obra que las revoluciones pueden tener una grieta oscura por la que se cuelan los fascismos. En ‘El sueño de la vida’ lo representa el siniestro personaje de El Criado, que exclama: “Yo sólo creo en la clorofila de las mujeres rubias y en la muerte”. Y más adelante: “Yo he trabajado en el teatro por pura necesidad, pero lo detesto, lo detesto. Siempre tuve asco por los telones y la escayola”. Muy distinto El Criado al sensacional personaje del Autor, que dice: “Yo espero para el teatro la llegada de la luz desde arriba, desde el paraíso”. Se trata de una obra con un final emocionante y con numerosos momentos conmovedores, porque Alberto Conejero siempre ha creído en la emoción en el arte como algo impulsor de la idea, como algo que mueve a la idea. ‘El sueño de la vida’ subirá a las tablas próximamente. Se le espera con impaciencia. Siempre Federico.

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