Sin apenas tiempo para asumir que tu ser querido ya no está, que sólo queda un cuerpo inerte donde antes emanaba la vida, toca dejar a un lado el dolor y el duelo para escenificar el mayor gesto de altruismo que cabe en esos momentos: dar paso a la vida a través de la muerte. Es ese el momento más difícil al que se enfrentan los coordinadores de trasplantes, que el año pasado en Huelva recibieron el sí del 79% de las familias que se vieron en esa tesitura. Un gesto para el que solo caben gracias, y más gracias, y que este lunes se encargaron de recalcar en la presentación de los datos de donaciones de órganos y tejidos de 2017 en la provincia onubense. Unos datos para sacar pecho, pues el sí de las familias ha aumentado más de un 28%, lo que ha permitido que la cifra de donaciones de órganos y tejidos prácticamente se duplique.
Así, los hospitales públicos de Huelva han cerrado el año 2017 con un balance histórico en cuanto al número de familias que dijeron sí a la donación, consiguiendo salvar la vida de 44 personas que se encontraban a la espera de un órgano. Se trata de 19 donaciones de órganos y cuatro más estrictamente de tejidos, doce más que en 2016, que han hecho posible mejorar también de forma muy significativa la calidad de vida de más de un centenar de pacientes, gracias a los tejidos donados.
Una tendencia positiva que ha tenido continuidad en los primeros días de este año 2018 recién estrenado, en el que en un periodo de apenas cuatro días se han registrado otras cuatro donaciones en los tres hospitales onubenses, de las que dos de ellas se han realizado en asistolia o a corazón parado, una de ellas en el Hospital de Riotinto, dándose la circunstancia de que se trata de la primera vez que se registra una donación de este tipo en este centro hospitalario, y otra más en el Hospital Juan Ramón Jiménez, donde se han realizado ya un total de ocho desde que se incorporara esta nueva técnica. Estos datos han sido presentados este lunes por el delegado territorial de Igualdad, Salud y Políticas Sociales, Rafael López, en compañía de los coordinadores de trasplantes de los tres hospitales de Huelva: Ignacio Ortiz, del Infanta Elena; Francisca Cabeza, del Juan Ramón Jiménez, y Alejandra Álvarez, del de Riotinto.
En cuanto a las 19 donaciones de órganos que han tenido lugar en los tres hospitales públicos de la provincia durante el pasado año, 12 se han registrado en el Hospital Juan Ramón Jiménez -cinco en asistolia-, cinco en el Hospital Infanta Elena y dos en el Hospital de Riotinto, posibilitando así 28 trasplantes renales, 15 de hígado, uno de pulmón, otro de páncreas y otro de intestino. A estos trasplantes de órganos hay que sumar también las donaciones onubenses de distintos tejidos para implantes posteriores, como son 25 córneas y centenares de injertos, tanto de tejido óseo como vascular y valvular, que suponen importantes beneficios en la calidad de vida de las personas que las reciben. En cuanto a las córneas trasplantadas en Huelva, los oftalmólogos del Juan Ramón Jiménez han implantado todas las que han necesitado los pacientes onubenses, un total de ocho, que han visto mejorada significativamente su visión.
Médula ósea
Además, se han llevado a cabo durante el año 2017 en la Unidad de Hematología del Juan Ramón Jiménez 15 trasplantes de progenitores hematopoyéticos, conocidos como trasplante de médula ósea, que constituyen, hoy en día, una terapéutica establecida para una gran variedad de enfermedades congénitas y adquiridas que afectan a la médula ósea. Igualmente, en este balance se han destacado los 30 enfermos renales onubenses que se encontraban en tratamiento de diálisis y que han podido recibir un trasplante durante el pasado año. De ellos, uno ha sido procedente de donante vivo cruzado, en este caso entre un donante y un receptor que no se conocen, fruto de un intercambio entre los donantes de dos o más parejas que son incompatibles.
Son datos que ponen sobre la mesa la solidaridad de los onubenses, pero el objetivo es llegar al 100% de síes, por lo que los coordinadores de trasplantes insisten en seguir mejorando la sensibilización de la donación y fomentar que se hablen estos temas con los familiares con naturalidad, ya que “el momento más duro es cuando se comunica la muerte de un familiar y a continuación tenemos que pedir sus órganos”.
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