Si algo hay claro en el Recreativo de Huelva a día de hoy es que no hay nada claro acerca de su situación financiera. Y que si pensábamos que la cosa estaba mal, resulta que no, que está peor. Aún es más, se diría que todo es bastante oscuro. Después de vivir el esperpento (o el sainete, según el humor con el que se lo tome cada uno) de una Junta de Accionistas que si sí, que si no, con ausencias e incomparecencias clamorosas, con deserciones inexplicables, con falta de claridad informativa y más puntos para la derrota que para la esperanza, además de un desprecio infinito de nuevo para los recreativistas y para jugadores y empleados, la noticia de que el único presunto comprador existente hasta la fecha ha dicho que no, que esto no va para adelante, con una deuda millonaria pero de muchos millones de la que nadie parece poder hacerse cargo, deja más inquietud y más posibilidad de que el Recre pase a ser historia y no presente con futuro. El caso es que el Recre sigue en manos de Gildoy sin que esta ni su figura capital, Pablo Comas, vayan a poner remedio a los problemas, mientras que desde el Ayuntamiento, se intenta dar posibilismo a un plan de rescate, con el trust de aficionados y con las peñas como aliados, del que no se sabe su viabilidad ni su capacidad para hacer realidad la salvación del Decano, por muchas buenas intenciones que haya que aplaudirles, ya que la campaña de salvación puesta en marcha deja más incógnitas, y se mueve con tremendas lagunas y escasas realidades.
Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es
