Agosto ha dejado 57.579 parados en Huelva, tan sólo 19 menos que en julio y unos escasos 2.673 menos que hace un año. Huelva rompe la tendencia a la baja generalizada, pero es el tuerto en el país de los ciegos, pues sólo hay un descenso de 7% en la agricultura y uno más ínfimo de 0,69% en la industria. Sube el paro un 1,55% en el sector servicios y la construcción también experimenta un aumento del 4,15%. Además, se suscribieron 21.252 contratos, un 21,87% menos que en julio, y para rematar la faena, más del 97% fueron temporales. Así que la bajada del paro, por segundo mes consecutivo, no es lo que necesita una provincia que sigue sin crear empleo suficiente y de calidad. Hay que remontarse, por cierto, todavía a agosto de 2011 para obtener una cifra más baja de parados en el octavo mes del año, cuando se registraron 55.666 parados. Así, no extraña que el Gobierno andaluz en Huelva, que sí sigue impulsando iniciativas de empleo, lamente que haya de nuevo más parados, menos protección social y menos afiliados que en 2011 pese a las numerosas promesas del PP de que solucionaría la lacra del desempleo, ni que CCOO remarque que el Gobierno ha optado por un empleo precario, frágil y desprotegido que está fomentando la desigualdad y la pobreza. También es lógico que desde el PSOE se haga hincapié en las enmiendas a los PGE para 2016, que recogen la petición de un plan de empleo específico para la capital onubense dotado de dos millones. Seguimos, en definitiva, muy lejos de la mejor situación deseable.
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