Los actuales dirigentes del Recre continúan sin hacer los deberes, fallan en la gestión, e inciden en equivocarse en la manera de afrontar la comunicación. El presidente de la LFP, con el que hay que tener sintonía, pero al que no se le escucha o se le presta la atención que merece, habla de la mala situación económica en la que se encuentra el Club Decano (tampoco es una novedad), por mor de una de las más pésimas gestiones que se recuerdan en el panorama del balompié español de élite, y de nuevo, la salida es, por un lado, la confrontación estéril, y por otro, acusar a la prensa de no enterarse de nada, cargar contra profesionales que sí que se dedican a hacer su trabajo de la mejor manera. Llueve sobre mojado, con la complicidad de algunos, se insiste en confundir a la gente, en contar que la película es otra y que no hay una sombra ineludible de descenso administrativo, porque de momento, no se ha cumplido para casi nada con las obligaciones fiscales y con la solución para la deuda ingente (y aumentada en los últimos tres años) que se arrastra, ni por mucho que se quiera mentir, parece que hay ya un remedio adecuado y en los plazos exigidos. Queda la impresión de que se huye hacia adelante, disparando para ocultar que no se sabe cómo salir del atolladero, con la bandera de la ocultación en aras de no se sabe qué oscuros intereses, de quienes son los presuntos nuevos inversores. A lo mejor Tebas ejerce un papel forzado que puede ser erróneo, pero no es el culpable de lo que pasa.
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