Una ciudad moderna, en la línea de sostenibilidad que los tiempos actualmente requieren, precisa de un transporte colectivo a la altura de las circunstancias. En Emtusa, con su vieja flota de 45 autobuses, con una demasiada alta media de edad, hace falta una renovación, que en los últimos tiempos se va desmoronando. Desde diversos puntos se han criticado los muchos años de algunos de los vehículos de la flota, que provocan bastantes averías, además de resultar menos cómodos para el usuario así como para los conductores. De momento, algo se puede solucionar con la pronta incorporación de nueve vehículos, aunque se trata de autobuses de segunda mano. Tienen entre trece y quince años y sustituyen a otros que tienen hasta 30 años, pero al menos servirán para aumentar la accesibilidad de las personas con movilidad reducida, que nunca está de más. Para los más optimistas, quedará el consuelo de que menos da una piedra, de que son vehículos que pueden tener larga vida, pese a ser de segunda mano, con la puesta a punto necesaria, pero para los más críticos, es también otra muestra de que no se ha gestionado bien la empresa municipal responsable del transporte público, que sus problemas se aplazan y no se solucionan, pese a los ajustes económicos que ha sufrido y pese a que es indispensable su buena salud para también asegurar la salud de los usuarios y la de la propia ciudad.
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