Ya huele a cine por toda Huelva. Y el ambiente se puebla de ecos de celuloide para disfrutar de la semana que cada año nuestra tierra dedica al cine con acento español y portugués, a las creaciones latinoamericanas. Un festival que para su 40 aniversario quiere rebosar de calidad, compromiso, glamour y cercanía. Una muestra cinematográfica con acento propio, singular, que ahora se reinventa, sin perder las raíces, y que reivindica la calle, que sale a la calle, que busca la cercanía y la complicidad de los onubenses, que aunque debe ser una seña de identidad que nunca debe faltar, en ocasiones ha flaqueado poniendo en dificultades la continuidad del evento. Pero también un festival abierto a los visitantes de todas partes, de este y otro lado del océano, porque no puede ser de otra manera, que apuesta además una vez más, aunque en esta edición desde luego con más fuerza e identidad, por los nombres propios, por el atractivo de personajes importantes dentro del mundo del cine español y latinoamericano. Un certamen con un rincón para el premio Ciudad de Huelva que habla este año con acento argentino, pero también, con el castizo de Madrid, para honrar a Soledad Villamil y José Luis Garci, pero con una catarata de premios Luz, de nueva creación, que van a sentar cátedra. Y por supuesto, los habituales reconocimientos junto con la búsqueda de posibilidades para la producción. Imprescindible.
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