Francia, Italia y Alemania han sido mercados tradicionales para la venta del excelente producto fresero que sale de tierras onubenses, y sin embargo, a pesar de las políticas comunitarias, de las que el PP presume que favorecen a España, y de la extrema calidad suprema del producto onubense, son países cuyos mercados ahora dan la espalda a nuestro producto fresero en lo que el sector considera una actitud, cuanto menos, desleal. Tratan con ello de favorecer su propia producción que es definida por Interfresa como pequeña y que se vende a un precio diez o doce veces inferior de la onubense. Pero, en cuestión de calidad y disfrute de un producto supremo, no caben estos atajos o tirar, como se hace en estos países de Europa, por el camino de en medio. Es verdad que la fresa de Huelva ha pecado en estos años de sobreproducción y que una ambición malentendida por parte de los productores ha dejado un exceso de frutos y de hectáreas en producción, pero aún así, este auténtico oro rojo onubense merece mucho más respeto, y desde luego, hay que esperar que el Gobierno dé la cara en Europa por su valor, su importancia, su calidad, su trascendencia para Huelva. Desde la Junta de Andalucía, ya se trabaja por solucionar los males que afectan al sector, como si una vez más, el Ejecutivo Andaluz, con la izquierda en el gobierno, diera un lección al Partido Popular y a su pasividad y desgana por Andalucía.
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