Una, dos, tres,... seis derrotas acumula el Decano esta temporada en Huelva. Ante su afición, con su público cada vez más crispado al ver un equipo a la deriva. Sin tesón. Sin garra. Y débiles. Muy blando.
Este domingo parecía que el Recre se encontraba sumergido en el sótano de la clasificación y que el Alavés estaba luchando por ascender a Primera. Los onubenses fallaron a todos. No compitieron y se les vio durante todo el choque precipitados y sin ideas. Sin arte, sin magia y sin alegría en su juego. Su identidad de juego parece haberse diluido en estos últimos meses de competición cuando es la etapa más bonita por jugar con esa ilusión de ascender y jugar con los grandes.
Pero esta involución en su juego, aunque parezca utópico, es semejante a la del Barcelona, ese eterno imitado por Sergi Barjuan. El técnico está hundido y fue pitado y abucheado por un sector importante de la afición.
Y es que al Recre no le sale nada. En la primera jugada del partido un centro-chut de Arana fue repelido por Óscar Rubio bajo palos. Esa oportunidad entraba a principios de temporada. Esos tiempos mozos en los que daba gusto asistir al Nuevo Colombino. Poco después, el jugador sevillano, víctima del infortunio, sufrió un pinchazo y tuvo que abandonar el campo por Ezequiel.
A los 24 minutos, la afición recreativista comenzó a pitar al equipo consciente de que este no es el camino que nos ha llevado a sumar los 51 puntos que obstenta el club. Fue tras un disparo de Borja Viguera desde fuera del área.
La mejor ocasión del Decano en la primera mitad fue tras un centro de Toño desde la izquierda, se le quedó el balón franco a Linares en la frontal y su disparo se marchó por encima del larguero.
Pero el Alavés estaba siendo superior y se olía el tanto visitante. En el 26’, un barullo dentro del área del Recre fue resuelto por un zurdazo de Manu García, que fusiló a Cabrero completamente vendido. Los hombres de Barjuan no supieron reaccionar al tanto y parecía que a los jugadores les temblaban las piernas y les quemaba el balón en sus botas.
Tras la reanudación se complicó todo un poco más. Borja Viguera se quedó solo ante Cabrero y con sangre fría cruzó la pelota de palo. El segundo y la sentencia en el marcador cuando trascurría el minuto 47.
Sin profundidad
El Recre se jugaba la primera de las cuatro finales que le restaban de campeonato en casa y con un 0-2 en contra fue a por el partido. Los jugadores, cierto es, lo dieron todo pero parecieron correr como pollos sin cabeza. Entraron Nong y Larena para intentar mejorar una imagen de un equipo quemado y sin fútbol.
El conjunto vitoriano a la contra pudo hacer el tercero e incluso fue ovacionado sus toques en el centro del campo como muestra de ironía de la afición.
Otra derrota más, pero la mejor noticia es que aún el Decano sigue una semana más en promoción.
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