Tras tres intentos frustrados por la lluvia, este Martes Santo, por fin, la Hermandad Sacramental y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de la Sentencia en Presentación al Pueblo, Nuestra Señora de la Salud y San Francisco de Asís, pudo hacer Carrera Oficial. La Sentencia lució el arte cofrade de Pérez Cubillas dando forma a un martes de pasión en que la Lanzada, Estudiantes y Pasión llenaron de imágenes las calles de la capital onubense.
La Sentencia
Salió con la relajación robada años atrás por el cielo. Pérez Cubillas se postraba ante la Parroquia de San Francisco de Asís, donde poco después de las 15.15 se ponía en la calle Nuestro Padre Jesús de la Sentencia. Acompañado por la Agrupación Musical Santísimo Cristo del Amor, el solemne paso de Pérez Cubillas inició sus más de diez horas de recorrido, con el horizonte puesto en el centro de la capital, en la Carrera Oficial, en el Templo de Concepción, el mismo que el pasado año le sirvió de refugio y que este año fue el símbolo del triunfo cofrade de esta hermandad. En la Carrera Oficial, con pasito y sintiéndolo, la imagen se hizo mesura, y el cortejo disfrutó de la presentación de su metáfora de la Pasión de Cristo a una ciudad, Huelva, que por fin vio cómo la Sentencia pudo completar su Martes Santo.
La Lanzada
El barrio de Las Colonias pudo ver de nuevo este año a su hermandad por las calles de Huelva. La Lanzada inició su procesión a las 17.50 horas, cuando el Señor de la Lanzada cruzaba el dintel de su casa hermandad para reencontrarse con sus fieles reunidos en Don Bosco. En el acompañamiento musical, la Banda de Cornetas y Tambores Virgen de la Salud.
Tras él, María Santísima de los Dolores recibe, como ya ocurriera el Viernes de Dolores, el fervor de su barrio acompañada por la Banda de Música Municipal de Aznalcóllar. Daba comienzo así un recorrido procesional que se prolongó por las calles de la capital onubense hasta pasada la una y media de la madrugada, cuando el paso de palio hacía su entrada en la Casa Hermandad con la satisfacción de haber completado su itinerario del Martes Santo.
Estudiantes
Después del varapalo del pasado años, cuando por primera vez en 64 años la estación de penitencia se tuvo que hacer en el interior del templo a causa de la lluvia, este Martes Santo el Cristo de la Sangre y la Virgen del Valle volvieron a mostrar sus señas de identidad a los fieles cofrades onubenses.
Se acercaban las seis de la tarde cuando las puertas de la Parroquia de San Sebastián se abrían para que la Cruz de Guía comenzara a marcar el camino. Sale el Señor de la Sangre. Silencio entre las muchas personas presentes en Federico Mayo y Cantero Cuadrado. Solemnidad y seriedad simbolizada por los sones del Trío de Capilla Gólgota, que acompañó este año al Cristo en su recorrido. Como novedad, el Cristo de la Sangre salió a la calle después de la restauración llevada a cabo por Enrique Gutiérrez Carrasquilla, que devolvió a la talla todo su esplendor.
Pasadas las seis y media, era la Virgen del Valle quien asomaba por las puertas de San Sebastián. Templanza en el paso de los costaleros para afrontar la estrechez de la salida. La Virgen del Valle ya está en la calle, acompañada por los sones de la Banda de Música de Mairena del Alcor.
Poco después de la una y media de la madrugada se cerraban las puertas del templo. Estudiantes ya estaba en casa. Hasta el próximo Martes Santo
Pasión
San Pedro era un hervidero de gente expectante para ver la salida de Pasión. Una de las hermandades más populosas volvía a las calles de Huelva después del parón obligado el pasado año por la lluvia. Poco antes de las 19.50 horas, se acercaba el Señor de Pasión a las puertas de San Pedro, con único sonido del racheo de los pies de los costaleros. Al salir, el paso comenzó a mecerse al son de la Agrupación Musical Cristo de la Buena Muerte de Ayamonte.
El desfile procesional del Martes Santo lo completó la Virgen del Refugio, que salió poco después de las 20.20 horas acompañada por la Banda de Música Nuestra Señora del Rosario de Sanlúcar la Mayor. El color morado de sus muchísimos nazarenos tomó las calles de Huelva, en una estación de penitencia que que llegó a su fin cerca de las dos de la madrugada, hora en la que entraba en el templo el paso de palio, y se ponía fin a una luminosa jornada de Martes Santo en una Huelva que sigue mirando el cielo con agradecimiento y satisfacción.
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