Hablillas

Del libro a la película

La trama, el argumento es intocable, la puesta en escena la da la historia, sin embargo son los personajes quienes más sufren el peso de la comparación.

Muchos son los títulos que podrían citarse, que pasaron con éxito a la pantalla grande, que soportan los embates del tiempo evolucionando según las versiones, según la visión del director de la cinta. Con mayor o menor acierto, la crítica no siempre resulta orientativa en el caso que nos ocupa, pues acaba imponiéndose la imagen que el lector y luego espectador se hizo a partir del texto que leyó, texto que inevitablemente compara porque no se ajusta a lo que guarda su imaginación.La trama, el argumento es intocable, la puesta en escena la da la historia, sin embargo son los personajes quienes más sufren el peso de la comparación porque, inevitablemente, cambian por mucho que se quiera respetar la época, el año en que nacieron.

Estos renglones se escribieron sobre el fondo sonoro, metálico e inevitable del desmontaje de las casetas que durante diez días guardaron y exhibieron los libros de nuestra feria, nuestra cita anual con los nombres de siempre, con los que empiezan a sonar, con los locales, con los que se recuerdan y con los que no se nombran, encuentro siempre entrañable, placentero y muy cordial que este año, al igual que el pasado, podemos repasar en Facebook. La última fue una jornada dedicada a la historia, al misterio novelado de otra época que tanto interés despierta en el lector curioso. La casualidad, atenta a todo lo que pasa en la tierra, quiso que La Isla fuera despedida por un personaje de leyenda. Cuando la banda de música acabó su repertorio y el sorteo repartió premios y sonrisas, las casas franquearon la entrada a SherlockHolmes, el detective que, seguro, contará con un buen número de adaptaciones, de representaciones en la historia del cine, a la vez que el más inspirador. Aquella noche salió de la tele para recorrer nuestra memoria durante un par de horas. GuyRitchie condujo a Robert Downey Jr. por la mente inquieta y despierta del inmortal detective, logrando que el recuerdo comparativo surgiera al amparo de la noche, entre los vaivenes del abanico y las ondas radiofónicas. Aparecieron imágenes y títulos protagonizados por BasilRathbone, Robert Stephen y Charlton Heston, actores inolvidables que hicieron un trabajo excelente, pero sin duda fue Jeremy Brett quien más se adaptó al detective que Sin Arthur ConanDoyle describió y dibujó en “Estudio en Escarlata”. La agilidad mental, la destreza en la lucha, la reprimida sonrisa, la forma en que abrazaba al violín, cómo entrecerraba los ojos, sus perfectos disfraces y las conversaciones, los razonamientos compartidos con el Dr. Watson resultan únicos, irrepetibles e incomparables.

En 1984la televisión estrenó las aventuras del detective con el actor que lo hizo tangible según el libro. Semanalmente nos sentábamos a ver a quien habíamos leído e inmortalizamos con rostro y figura. Igual ha pasado con Hércules Poirot, de Agatha Christie. Si magistral fue la interpretación de Peter Ustinov en la gran pantalla, nadie superó la de David Suchet para la televisión. Muchos son los nombres que podrían citarse, como la temible Sra. Danvers a quien dio vida Judith Anderson, Vivian Leight a Escarlata O’hara o Sean Connery a James Bond, personajes de ficción que salieron de nuestra imaginación para quedarse en ella al verlos en las películas.

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