Hablillas

Las Fiestas

Este año las fiestas llegarán antes aunque la fecha sea la misma,.

Este año la navidad llegará antes aunque su fecha siga siendo la misma. El paso de los años la ha adelantado al final de este mes de noviembre. Recordemos que cuando éramos pequeños, el alumbrado se encendía la noche del sorteo de la lotería. Años después se adelantó al día de la Inmaculada y más tarde al 4 de diciembre, el mismo día en que Freixenet estrena su anuncio, el mismo en que Harrod’s inaugura la Navidad no sólo en Londres.

Este año los “leds” que cuelgan de lado a lado de la calle Real desparramarán su colorido entre las oraciones dedicadas a los difuntos. Noviembre comenzó su andadura triste y nostálgica con la toma parcial de nuestra calle principal por parte del camión pluma, en cuya canastilla los técnicos aseguraban las guirnaldas luminosas.

La extrañeza de los viandantes saltaba de boca en boca aludiendo a las celebraciones centenarias que se conmemoran y así evitar el doble trabajo. El caso es que con celebración o sin ella los días nos llevarán al final de un mes alegremente iluminado. Otros son los iluminados que piensan –porque piensan,  por eso son iluminados- en la evolución de La Isla, defendiendo que tiene que ponerse a tono con el resto del mundo. Y con cuatro luces ya está solucionado. Asombrosa la eficacia con que se resuelven algunos problemas y más si son de naturaleza evolutiva.

Hay que ponerse a tono, estar en sintonía, ir con los tiempos aunque los vientos no sean bonancibles. Bien, pero la evolución no es rupturismo, que también, sino cambio gradual y en el caso que nos ocupa este cambio ha sido lento pero sin dar opción a la asimilación. Entendemos que en unos días veremos escalas en las ventanas con muñecos en actitud asaltante, que los apoyabrazos de los balcones parpadearán nerviosamente coloreados, que el Niño Jesús sonreirá a quien mire su estampación en los lienzos que se agrupan en las puertas de los bazares. Y es que no vivimos con prisa, sino con mucha antelación.

Hace años se comentaba el hecho de que “Jisol” exponía los abrigos a mediados de octubre, que la zapatería Galán era la primera en mostrar las botas, que Carval ponía a la venta la catalítica Buta Therm’x, -calienta pero no quema. Con los dulces navideños era distinto, su presencia se demoraba un poco más por los “huesos de santo”. Por eso se dejaban ver un poco más tarde, aunque con cierta anterioridad al reparto del “lote” en los supermercados de las empresas. Ultramarinos Vicente y La Cita los disponían surtidos y “encestados” en sus escaparates, junto a las conservas y embutidos.

Hoy todas estas exquisiteces aparecen en las grandes superficies y en los supermercados del barrio en cuanto los niños vuelven al colegio. Si seguimos así llegará el día en que los polvorones y el turrón formará parte de la merienda playera. Concluimos en que tanta antelación  conduce al empacho, por lo que peligra el disfrute pleno de las fiestas. Nada se puede hacer porque es la sociedad la que impone y aplasta, la que moldea y domina poniendo como excusa y causa al progreso. El mundo sucumbe. La Isla sucumbe para no quedarse atrás, aunque sepamos a ciencia cierta que es la última de la fila, quien sabe si por omisión, apatía, olvido o quizás por comodidad.

En fin, este año las fiestas llegarán antes aunque la fecha sea la misma, intentarán iluminar la indiferencia que azota a una mayoría isleña que crece día a día. Una minoría padece y sobrelleva el escozor de estos arañazos. Con los dientes apretados.

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