El Cristo de la Misericordia sembró de recogimiento la ciudad

Como cada año en estas fechas, con la llegada de la primavera, la ciudad accitana celebra la más hermosa de sus tradiciones: una Semana Santa que año tras año se va consolidando como uno de los mayores acontecimientos de la provincia y está declarada de Interés Turístico Andaluz.

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  • Cristo de la Misericordia.

Como cada año en estas fechas, con la llegada de la primavera, la ciudad accitana celebra la más hermosa de sus tradiciones: una Semana Santa que año tras año se va consolidando como uno de los mayores acontecimientos de la provincia y está declarada de Interés Turístico Andaluz. En la noche de ayer lunes desde las once con salida en la parroquia Nuestra Señora de Gracia en la Ermita Nueva, fue el momento del Cristo de la Misericordia, una de las procesiones más esperadas por los miles de accitanos que cada año vuelven a su ciudad por estas fechas. Durante todo el día el viento sopló fuerte, aunque el cielo estaba despejado y ello no impidió que la imagen saliera a la calle, con multitud de accitanos y accitanas que se abrigaron para acompañarla y rezar las estaciones del Vía-Crucis.
La imagen fue trasladada el sábado anterior por mujeres de la propia hermandad. Los penitentes vistieron túnica y capillo negros con cíngulo de esparto y desfilaron con las luces apagadas portando un farol de mano. El Cristo, de autor anónimo y refundido en 1950, es una talla barroca anónima de finales del siglo XVII y principios del XVIII, de influencia italiana. Procesiona sobre un trono de formas sobrias, realizado en 2009. El paso por el barrio de las cuevas y el entorno de Santiago, constituyeron los dos momentos claves de una noche que acabó pasadas las dos de la madrugada.
Los titulares de esta cofradía procesionan en días diferentes. El primero en hacerlo es el Cristo de Misericordia, que lo hace el Lunes Santo por la Noche y el viernes por la mañana lo hace la Santísima Virgen de las Dolores.
Se caracteriza por su austeridad en el paso que lleva a un cristo crucificado custodiado por cuatro cirios, y destacó su paso por la Alcazaba de Guadix con las antorchas alumbrando el paso de Jesús.
Esta procesión es una de las de mayor sobriedad y recogimiento de la Semana Santa accitana.  De la alegría que se vivió con la salida de la Borriquilla se pasa a una gran tristeza con el procesionar del Cristo de la Misericordia que recorre todo el tramo por las calles de las gentes más sencillas de la ciudad. Las imágenes que dejó fueron de gran belleza como la iluminación con antorchas de los torreones de la Alcazaba árabe o la Cuesta de la Fuente en la placeta de Santiago.
Todo el caminar discurrió entre los cerros y las cuevas accitanas acompañados únicamente por el sonido de un tambor. Es la procesión del Silencio, que cuenta con el rezo del Santo Vía-Crucis. El momento culminante de la procesión se vivió alrededor de las una de la mañana cuando miles de accitanos expresaron su tristeza y solidaridad por medio del llanto de unas bengalas que en la Cuesta del Caño de Santiago se iluminaron pidiendo “Misericordia”. Tras pasar por la carrera oficial, la imagen se encerró en la Iglesia de la Concepción, una vez pasada su agonía y consiguiendo bajar de la Ermita Nueva, pasadas las dos de la madrugada.

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