Joseph Franklin Rutherford fue el segundo presidente de la Sociedad de Biblias y Tratados Watch Tower, de Nueva York. Elegido como tal en enero de 1917, hasta mediados de 1931 dirigió a los Estudiantes Internacionales de la Biblia. Posteriormente se ocupó de la gerencia de los testigos de Jehová. Escribió numerosos libros, cuyo conjunto se conoció como ‘la colección Arco Iris’, debido a los llamativos colores de sus tapas. En 1920 publicó su popular folleto ‘Millones que ahora viven no morirán jamás’, mediante el que proclamaba que en 1925 resucitarían los patriarcas bíblicos y seguidamente tendría lugar la apocalíptica batalla del Armagedón y la instauración del Paraíso en la Tierra.
Transcurrido el tiempo sin haberse cumplido lo anunciado, Rutherford no desechó la idea de la vuelta de los patriarcas y en 1929, con las donaciones del 27% de los Estudiantes de la Biblia, que fueron los que no abandonaron las filas después de 1925, construyó la lujosa mansión de Beth Sarim (Casa de los Príncipes), en California, donde vivirían los patriarcas cuya resurrección se esperaba de un momento a otro. En el garaje tenía dispuesto un suntuoso automóvil Cadillac de 16 cilindros. La escritura de propiedad señalaba que, en tanto resucitaban los patriarcas y se hacían cargo de la casa de Beth Sarim, Rutherford la ocuparía.
Diez años después, en 1939, Rutherford adquirió un terreno colindante y edificó la mansión de Beth Shan (Casa de Seguridad). En el subsuelo de la finca mandó construir dos refugios antiaéreos, en previsión de que la Segunda Guerra Mundial se extendiese a los Estados Unidos, lo cual no sucedió.
Murió Rutherford el 8 de enero de 1942 en su residencia de Beth Sarim. Antes había encargado a sus colaboradores directos que lo enterraran en esa finca, con el cuerpo orientado hacia el nacimiento del sol. Dispuestos estuvieron éstos a cumplir los deseos del finado y solicitaron a la alcaldía el pertinente permiso de enterramiento en la citada finca; más, sorprendentemente, el municipio denegó el permiso. Solicitaron un nuevo permiso, mientras el cadáver de Rutherford permanecía en una cajonera de hielo. La municipalidad denegó de nuevo el permiso y dos semanas después el cuerpo del difunto seguía conservado en la nevera.
La noticia de la negación del permiso de enterramiento apareció en el diario ‘San Diego Union’ de fecha 25 de enero de 1942, en los siguientes términos: “La junta de comisionados de planificación del condado de San Diego denegó ayer el deseo expresado en su última voluntad de un siervo de Jehová y no concedió el permiso de entierro del Juez Joseph Franklin Rutherford… El líder mundial de los testigos de Jehová, el juez de 72 años de edad, murió el 8 de enero en Beth-Sarim, en el número 4440 de la calle Bracburn, residencia que el difunto edificó para que moraran los hombres que murieron fieles a Jehová en los días del antiguo Israel, cosa de la que él estaba convencido...”
Saliendo al paso de la negativa de la inhumación por parte de las autoridades, la Watch Tower publicó lo siguiente en la revista ‘Consolación’, que más tarde se denominaría ‘Despertad’: “Desde la fecha del fallecimiento hasta la primera vista pública ante la Comisión de Urbanismo municipal pasaron 16 días. El enemigo se mantuvo ocupado en recoger firmas contra la ubicación seleccionada para la cripta donde sería enterrado el juez. Se consiguieron 259 firmas de propietarios, unos pocos de ellos vecinos de Beth-Sarim. La parcela que se escogió en primera instancia para la ubicación del pequeño cementerio fue recurrida por el enemigo, amparándose en la normativa municipal al respecto, aunque se trataba de una sola tumba y era un montículo a unos noventa metros de la casa”.
En vista de que no se concedía el permiso de enterramiento en la finca de Beth Sarim, los colaboradores de Rutherford trataron de solicitar lo para la finca de Beth Shan. En la revista mencionada se lee: “Una nueva ubicación para el entierro del juez Rutherford estaba casi al centro de la propiedad conocida como Beth Shan, la cual pertenece también a la Sociedad Watch Tower”.
Agotadas todas las vías para el sepelio de Rutherford en Beth Sarim o en Beth Shan, la Sociedad Watch Tower publicó: “Después del veredicto judicial donde se denegaba el permiso para enterrarlo en esa propiedad, los que representaban a la Sociedad Watch Tower decidieron que no apelarían la sentencia porque esto postergaría un año más el entierro. Los restos mortales de J. F. Rutherford fueron enviados al este para ser enterrados en la propiedad de la Watch Tower, en la radio WBBR, en Staten Island (Nueva York). Acompañando los restos estaba el Sr. Lewis, encargado de pompas fúnebres. Adyacente a la propiedad de la Sociedad hay una parcela funeraria donde fueron enterrados los restos del Juez Rutherford, al lado de otros hermanos quienes también habían luchado por muchos años la pelea excelente contra la organización del Diablo. El entierro tuvo lugar en la propiedad de la Sociedad a la puesta de Sol, el sábado 25 de abril de 1942”.
De la nota anterior se deduce que el cadáver de Rutherford estuvo tres meses y medio mantenido en una nevera de hielo, entre el 8 de enero y el 25 de abril de 1942, en tanto se esperaba la concesión del permiso de enterramiento en el lugar solicitado. Ahora bien, es patente que Rutherford no fue enterrado en el terreno de Staten Island, Rossville, Nueva York, donde en su tiempo estuvo instalada la emisora de radio WBBR de la Watch Tower. Para entonces la Watch Tower ya había vendido el terreno. El lugar es un descampado donde hoy existe una residencia particular en el campo de la antigua emisora. A su lado se levanta una iglesia metodista y su cementerio, que datan de 1787, aunque la iglesia se reconstruyó en 1842. Las lápidas de las tumbas se ven muy viejas y no son legibles. No existe en el lugar una sola tumba que identifique a Rutherford como enterrado allí, algo extraño, teniendo en cuenta que su predecesor Charles T. Russell fue enterrado con todos los honores en 1916 y su tumba permanece claramente identificada junto a la monumental pirámide a su memoria en el cementerio de Pittsburgh, EEUU.
Antiguos miembros de la central mundial de los testigos de Jehová aseguraron que Rutherford estaba sepultado bajo el garaje de la mansión de Beth Sarim, cuyo nuevo propietario así lo corroboró. Lo cierto es que de Rutherford no existe ni la mínima señal de dónde pueda estar enterrado. Sin embargo hay clara identificación de los sepulcros de sus sucesores, N. H. Knorr, F. W. Franz y M. G. Henschel. Aterra pensar que Rutherford no disfrutara de las simpatías de sus adeptos.
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