Gente, lugares y tradiciones

Picasso en Torremolinos

El cuadro ‘Mujeres corriendo por la playa’ sirvió de inspiración al escultor Salvador García, que lo plasmó en bronce

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Pablo Ruiz Picasso, malagueño universal y genio de la Pintura, está íntimamente ligado a Torremolinos. El Centro Cultural de la calle Cruz, que otrora fuera el Colegio de Huérfanos de Ferroviarios, lleva precisamente su nombre. También ostenta su nombre la moderna plaza frente a la Iglesia Madre del Buen Consejo. Y tenemos constancia de que un primo segundo de Picasso, Manuel Blasco, gran escritor y pintor, vivía en Torremolinos, en Villa La Milagrosa, sita en la que hoy es Avenida Palma de Mallorca. Todos los meses se reunía en casa de Blasco la crema y nata de la intelectualidad torremolinense y parte de la malagueña. El conocido Premio Nacional de Literatura Manuel Alcántara era uno de los asiduos contertulios.


Independientemente de lo anterior, en pleno Paseo Marítimo de Torremolinos, en la zona de Playamar, destaca el conjunto escultural en bronce titulado ‘Mujeres corriendo por la playa’, que Salvador García Rodríguez, numerario de la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría, realizó sobre el famoso cuadro de Picasso del mismo nombre. La artística obra es fotografiada a diario por los visitantes, quienes posan al pie de la misma para la instantánea.


El cuadro ‘Mujeres corriendo en la playa’, que más que correr da la impresión de que están danzando, se conoce también como ‘La carrera’. Lo pintó Picasso en junio de 1922, durante su visita a Dinard (Bretaña). Actualmente se expone en el Museo Nacional Picasso de París. Está realizado en óleo sobre aglomerado, ya que se trataba de un boceto que Picasso presentaba al empresario, director artístico y crítico de arte ruso Sergei Diaghilev, quien mandó reproducirlo a gran escala (10,4 metros de alto por 11,7 de ancho) como telón de fondo para el ballet ‘Le train bleu’, en la exposición ‘Diaghilev y la edad de oro de los Ballets Rusos 1909-1929’. El tema de la obra fue escrito por Jean Cocteau y musicado por Darius Milhaud, con vestuario de Chanel. A Picasso le encantó cómo había quedado el telón y lo firmó dedicándoselo a Diaghilev.


Esta es la obra que el escultor Salvador García plasmó en bronce para Torremolinos. Picasso, pues, tiene un sitio de honor en Torremolinos, tanto en la escultura de su obra junto a la playa como en la céntrica plaza a él consagrada, que asimismo ostenta una escultura del genial pintor. Y, cómo no, Picasso está presente en la cultura de Torremolinos, en el Centro Cultural que merecidamente lleva su nombre.

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