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¿De dónde sale el año 1914? La verdad (5)

En el año cuarto de Darío, es decir, en el 517 a.e.c., los judaítas llevaban 70 años ayunando en el mes quinto por la destrucción del Templo de Jerusalén.

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De la misma Biblia y la aplicación de los tiempos correspondientes según la Historia, podemos deducir el año en que Jerusalén fue destruida por Nabucodonosor. En Esdras 6:15 leemos que el nuevo Templo de Jerusalén se completó en el año sexto de Darío. Como Darío subió al trono en el 521 a.e.c. y su primer año de reinado fue el 520 a.e.c. , su sexto año correspondió al 515 a.e.c. En esto está de acuerdo el cuerpo gobernante de los testigos de Jehová, como así lo publica en su libro ‘Toda Escritura’.

Ahora bien, el libro bíblico de Zacarías, capítulo 7, habla de lo que aconteció en el año cuarto de Darío, es decir, en el 517 a.e.c. Los judíos llevaban en ese tiempo ayunando decenas de años en el mes quinto por la destrucción del Templo de Jerusalén, el cual fue arrasado en el mes quinto, según Jeremías, 52:12 y 13. ¿Cuántos años llevaban los judaítas ayunando en el mes quinto por aquella destrucción? El versículo 5 del capítulo 7 de Zacarías lo aclara. Dice textualmente que llevaban ayunando 70 años por la destrucción del Templo.

De lo anterior se deduce que, si en el año cuarto de Darío los de Judá llevaban 70 años observando el ayuno por causa del arrasamiento de su Templo, y el año cuarto de Darío correspondió al 517 a.e.c., 70 años atrás llevan inequívocamente al 587 a.e.c. como fecha de la destrucción del Templo y la ciudad de Jerusalén por las tropas babilonias. Así lo entendieron los simpatizantes bíblicos anteriores a Barbour; pero éste equivocó los términos y dedujo erróneamente que Jerusalén y su Templo habían sido arrasados en el año 606 a.e.c., concepto que le transmitió a Russell, quien no investigó si lo que Barbour le decía era cierto o no. De haber investigado, se hubiera cerciorado de que Barbour no estaba en lo correcto.
De Russell el error de la creencia de que Jerusalén había sido destruída en el 606 a.e.c. pasó a Rutherford, quien tampoco investigó, y posteriormente a Knorr y su vicepresidente Franz, quienes tampoco se cercioraron de que estaban predicando fechas falsas. Ya hemos visto que Franz en 1943, para cuadrar el error de los 2.520 años (mediaban 2.519), adelantó un año la supuesta destrucción de Jerusalén, así como también un año la hipotética salida de los judaítas del destierro, con lo que aumentó el error. Desde aquel año los testigos predican que, como los judíos salieron libres de Babilonia en el 537 a.e.c. y suponen que allí estuvieron 70 años, de ahí que apliquen 70 años retrospectivos al 537 y lleguen a la fecha del 607 a.e.c. como fecha del arrasamiento de la capital de Judá. Al 607 a.e.c. le añaden 2.520 años y así alcanzan la fecha de 1914 como año del inicio del reinado de Cristo en los cielos invisibles.

Hasta hace poco enseñaban que el Armagedón vendría antes de que desapareciera la generación de 1914 que vio los acontecimientos de aquel año de la Primera Guerra Mundial. Puesto que a finales del siglo XX observaron que ya habían pasado más de ochenta años desde 1914 y se dieron cuenta de que se habían equivocado en lo que predicaban, los del cuerpo gobernante cambiaron el entendimiento y hoy día es obligatorio enseñar que la generación de la que habló Jesucristo se refiere a dos grupos de ungidos (parte de los 144.000 que van al cielo) que se traslapan unos a otros, a modo de como se traslapan o solapan las tejas de un tejado. La no aceptación de esta doctrina es motivo grave de expulsión de la congregación, lo que significa que ni los propios familiares pueden siquiera saludar al expulsado. Si lo hacen, se exponen también a ser expulsados, con el correspondiente desprecio de los demás.

El testigo de Jehová acepta sin rechistar cuanto enseña el cuerpo gobernante. Un testigo que piense independientemente por sí mismo y pruebe que hay doctrinas equivocadas, es automáticamente expulsado si no se somete de inmediato a los dictámenes de la máxima jerarquía de Patterson (EEUU), el cuerpo gobernante, compuesta actualmente por siete miembros con largos años de permanencia y apostolado en las filas.

Un testigo de Suecia, Carl Olof Jonson, fue finalmente expulsado por hacer llegar al cuerpo gobernante información exacta sobre las fechas incorrectas que se estaban enseñando, particularmente la de 1914. Jonson demostró con abrumadoras pruebas que el año 607 a.e.c. no fue el de la destrucción de Jerusalén y que por tanto no era correcto el año 1914 para el inicio del reinado de Cristo, como tampoco eran correctos los 2.520 años que se aplicaban al 607 a.e.c. para llegar al año 1914. Con el tiempo Jonson publicó el libro ‘Los tiempos de los gentiles reconsiderados’, obra estimada hoy por los eruditos como una de las mejores con información completa sobre el imperio neobabilónico y las tablillas cuneiformes.
Y hablando de expulsiones de personas influyentes entre los testigos, al principio de los años ochenta, el miembro del entonces cuerpo gobernante, Raymond Franz, sobrino del presidente de la Watch Tower, Fred Franz, fue expulsado por desacuerdos doctrinales con sus colegas, los cuales se negaron a razonar la evidencia de los equívocos que aún hoy día continúan enseñándose bajo pena de excomunión.
Es de observar que se trataba del primer cuerpo gobernante que existió entre los testigos y que fue creado en 1971 con los siete miembros de la junta directiva de la Watch Tower, más otros (hasta alcanzar la cifra de diecisiete) que fueron incorporados.

La junta directiva continuó llevando comercialmente la Watch Tower, en tanto que el cuerpo gobernante recién creado se encargaba de los asuntos doctrinales y de redactar la literatura o, más exactamente, de revisar y dar el visto bueno a lo que escribían los miembros del comité de redacción, también creado a raíz de la aparición del cuerpo gobernante. El cuerpo gobernante asumió sus funciones doctrinales y redactoras a partir del 1 de enero de 1976. Hasta entonces se había encargado de ello el presidente de la Watch Tower, como fueron los casos de Russell y Rutherford, aunque en tiempos de Knorr los temas doctrinales los llevaba exclusivamente el vicepresidente Fred Franz.
(Continúa en la parte 6).  

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