El que se consideró en su tiempo como insumergible Titanic, el crucero más grande y lujoso del mundo y que había zarpado de Southampton con destino a Nueva York en su travesía inaugural, se hundió en la noche del 14 al 15 de Abril de 1912 en medio del océano Atlántico, a unos 600 kilómetros de las costas de Terranova. Viajaban en el gigantesco buque más de 2.220 personas, unas de clase rica y otras de clase obrera y pasajeros que irremediablemente fueron acomodados a última hora en el trasatlántico por haber cancelado su travesía otros navíos.
La versión oficial mantenía que, tras chocar el Titanic con un iceberg a las 23,40 horas, se abrió bajo la línea de flotación del costado de estribor una enorme brecha por la que entró el agua que llenó cinco de los dieciséis compartimentos estancos del buque, además de la sala de calderas, lo que causó su desestabilización y consiguiente hundimiento. Sin embargo, el descubrimiento en 1985 de los restos del barco hundido señaló que el iceberg no abrió una brecha directamente, sino que golpeó la placa metálica y soltó los remaches que la sujetaban a otras placas, abriéndose así una imponente vía de agua.
Se calcula que 1.512 personas de las 2.227 que viajaban en el buque -o que estaban en las listas de pasajeros, ya que algunos anularon el viaje a última hora y no embarcaron- fallecieron ahogadas o por hipotermia como consecuencia del naufragio en aquella helada noche, a una temperatura ambiente de cero grados Celsius. Entre los fallecidos estaban los 35 ingenieros que diseñaron el Titanic. El Carpathia, que era el barco que navegaba más cerca del Titanic, a 58 millas (107 kilómetros), recogió a 700 supervivientes y los transportó a Nueva York. La mayoría de los fallecidos eran personas que viajaban en segunda y tercera clase. Un total de 53 niños, incluyendo uno que se alojaba con sus padres en primera clase, pereció en la catástrofe.
La cubierta del Titanic tenía dispuestos veinte botes de salvamento, de los que cuatro eran plegables, con capacidad total para 1.178 personas. No obstante, debido a la confusión reinante, fueron alojados en ellos 710 pasajeros y tripulantes. De haber procedido como se debiera y de no haber volcado uno de los botes al ser lanzado al agua, se hubieran salvado otras 468 personas. La capacidad de las lanchas de salvamento indica a ciencia cierta que el barco estaba sobrecargado con 1.044 pasajeros de más, descontados los supuestos cinco que se calcula que no embarcaron. Sin embargo lo que se criticó tras el accidente fue que no había suficientes botes para todos, cuando la realidad es que viajaban en el buque más personas de la cuenta.
En principio la tripulación había hecho creer a los pasajeros que se procedía a un simulacro de evacuación y a tal fin se repartieron chalecos salvavidas. Muchos declinaron participar y continuaron en sus camarotes. Al mismo tiempo el Capitán Smith, para contribuir a la tranquilidad general, ordenó a la orquesta que tocara en cubierta, lo cual hizo hasta que se desprendió la chimenea más cercana a los músicos. Poco después, hacia las 2,18 de la madrugada, se apagaron todas las luces y el barco se partió en dos, sumergiéndose rápidamente la parte delantera, en tanto que la popa, que permanecía elevaba, se hundió dos minutos después.
Horas antes del siniestro, los diferentes barcos que navegaban por la zona, alejados del Titanic, advirtieron a éste por radio de la presencia de icebergs. Las advertencias cayeron en saco roto para los telegrafistas del gran trasatlántico. Cuando una de aquellas moles de hielo fue avistada como a medio kilómetro de distancia, el primer oficial ordenó parar máquinas y retroceder, operación que no pudo realizarse con celeridad. El barco no logró esquivar finalmente el iceberg, que impactó ruidosamente en la parte de estribor a las 11,20 de la noche. De haber impactado con el iceberg por la parte de proa, el barco hubiera sufrido desperfectos, pero difícilmente se hubiera hundido. Una hora después se iniciaron lentamente las operaciones de desalojo, posteriormente aceleradas a medida que la situación se hacía insostenible. Se lanzaron bengalas blancas en lugar de las reglamentarias de color rojo y los tripulantes de los barcos que las avistaron a lo lejos las interpretaron como fuegos artificiales o señales de que los pasajeros del Titanic estaban de fiesta.
El hundimiento del Titanic está lleno de sorpresas para los investigadores. Ya la tripulación del buque Carpathia, que recogió a los náufragos, se extrañó de que algunos de los botes salvavidas llevaran el nombre del Olympic, el barco gemelo del Titanic fabricado por la misma compañía naviera, la White Star Line. El investigador Robin Gardiner afirmó que el hundimiento del Titanic fue un fraude en toda regla, ya que, según él, el barco que se hundió en el Atlántico la noche del 14 al 15 de Abril de 1912 no fue el Titanic, sino el Olympic, de calidad inferior por haberse empleado materiales de mayor pobreza, el cual la propia White Star Line, que estaba en quiebra, había hecho pasar por el Titanic con vistas a cobrar el seguro, lo que implicaba que la compañía naviera sabía de antemano que el barco estaba destinado a naufragar por encima de todo, sin importar el número de víctimas.
El Titanic y el Olympic comenzaron a construirse casi a la par, aunque el Olympic se terminó primero, y los costos de fabricación de ambas naves fueron muy superiores a lo que la naviera había estimado en principio, por lo que la Compañía entró en quiebra. Contribuyó también a la misma el accidente que en septiembre de 1911 sufrió el Olympic al chocar con el buque HMS Hawke de la marina. Dado que la compañía de seguros no cubrió los gastos por deberse el accidente a una negligencia del Olympic, la cobertura económica de los desperfectos del Hawke y del Olympic corrieron por cuenta de la White Star Line, por lo que ésta finalmente quedó sin liquidez, lo cual le impidió terminar la construcción del Titanic, que se encontraba en el astillero, al igual que el Olympic, que se estaba reparando tras el choque con el Hawke.
Como el Titanic estaba asegurado en cinco millones de dólares y la White Star Line precisaba fondos urgentemente, los propietarios de la naviera optaron por intercambiar los nombres de los dos barcos gemelos y al Olympic lo rebautizaron como Titanic. Terminaron de reparar el buque como pudieron, aunque la reparación fue defectuosa, y lo botaron. El 10 de abril de 1912 el disfrazado Titanic salió de Southampton con rumbo a nueva York y se procuró que solapadamente navegase no lejos de los icebergs que en la temporada se desplazaban hacia el sur, a sabiendas de que el barco no aguataría el impacto de uno de ellos. Existe constancia de que un misterioso barco que jamás logró identificarse y que navegaba a corta distancia del buque hundido pudo haber contribuído al empuje del iceberg hacia el costado del Titanic.
De esta manera la Compañía propietaria de los dos barcos gemelos pudo embolsarse los cinco millones del seguro y así finalizó la construcción del verdadero Titanic, que navegó bajo el sobrenombre de Olympic. Pudiera quedar todo en leyenda si no fuera porque los investigadores destaparon el fraude mucho tiempo después de acaecidos los hechos.
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