Aquí los hay algunos que han perdido por completo los papeles, el oremus, el Norte y hasta la vergüenza. ¿Cómo es posible que haya gente que defienda que no habría que meterle mano a personas que se permiten hacer chanza de la muerte de otra persona? Ni por Internet, ni por Twitter, ni por la radio, ni en el boletín de la parroquia. Es que no. Porque hay cosas que son indefendibles. En esta semana se ha conocido la condena a un “twittera” por hacer “chistes” sobre la muerte de Carrero Blanco. Me da lo mismo que la condena sea por enaltecimiento del terrorismo. Quizá este no sea el tipo penal que hubiera de aplicarse. Efectivamente, habría que crear otro artículo del código penal para castigar el enaltecimiento de la estupidez, de la cobardía, del mal gusto, las malas entrañas y la poca vergüenza. Porque no sólo hizo “chiste” (como muchos llaman) del asesinato de Carrero Blanco, es que también deseó que le dieran un balazo a Rajoy. Que muriera Cristina Cifuentes cuando tuvo su accidente de moto, además de otras perlas que repetirlas por aquí harían que usted arrojase este periódico a la papelera asqueado.
O sea, que me expliquen a mí estos modernillos de la corrección política que estas barbaridades y bestialidades son meros “chistes” que no debería de tener trascendencia penal. ¿Y luego estos son los mismos que censuran los chistes machistas, los anuncios en los que sale la señora anunciando detergente y los que abogan por el respeto a las minorías?. Estos son los mismos que dicen que a un negro no se le puede llamar negro, o a un chino no se le puede llamar chino. Que los niños tienen que respetarse y no pueden insultarse, ni faltarse, ni pelearse. Ni un padre puede darle a su hijo un bofetón por maleducado. Estos, que defienden que se puedan decir públicamente estos disparates como si tal cosa, son los que luego defienden el cogérsela con papel de fumar en todos los demás aspectos. Ríase usted de la hipocresía en su quintaesencia que todos estos modernos la superan en calidad, cantidad y naturaleza. El problema es que se les ve venir rápidamente, porque si todas estas inhumanidades e inmoralidades las hubieran dicho, en vez de a Carrero Blanco o a gente del PP, a gente de la progresía, entonces el grito se habría puesto en el cielo.
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