Donde hoy en día no llegan los representantes en la política, está haciendo un esfuerzo ímprobo la sociedad civil en la consecución de los fines que se pretenden en cada caso. Alguien o algunos pueden ver tintes políticos en las diferentes reivindicaciones que a modo de marchas, concentraciones o manifestaciones se vienen realizando últimamente en favor de la sanidad, la educación, la justicia, los consumidores, etc. Pero ya se hagan en Madrid donde gobierna el PP, o se hagan en Andalucía donde gobierna el PSOE, lo cierto es que hay causas de muy justa defensa se reivindiquen donde sea. Pongamos por caso la sanidad pública. Tanto derecho tienen los profesionales sanitarios a manifestarse en Madrid pidiendo la limitación de las privatizaciones que se hacen en esa comunidad en los distintos centros hospitalarios, como aquí en Andalucía pidiendo una mejora en la inversión de la Junta en la sanidad pública. Lo que se pretende hacer figurar en Andalucía como su joya de la corona, la sanidad pública, pasa por unos tiempos verdaderamente decadentes. Unos servicios de urgencias absolutamente saturados, habitaciones con tres camas, falta de personal, de medios materiales, de centros hospitalarios, etc. llevan a los profesionales de la salud andaluces a salir a la calle a protestar por algo además que no sólo redunda en beneficio de ellos, sino de todos nosotros como usuarios que somos de la sanidad pública. No se puede pretender calificar que estas protestas estén manchadas de tintes políticos, en contra del PSOE o de la Junta de Andalucía por ejemplo, porque esa realidad que he descrito anteriormente, es visible a los ojos de los votantes del PP, de Podemos, del PSOE, de Ciudadanos o de cualquier otra formación política. No me creo que un votante socialista vea con placer cómo tiene que soportar una lista de espera de meses para ser intervenido de tal o cual enfermedad. No podemos llegar al límite de politizar incluso la salud.
Por eso, cuando se celebran actos reivindicativos como el que tuvo lugar en Jaén este fin de semana, reclamando una sanidad pública de calidad y a la altura de lo que los ciudadanos demandan, y sobre todo, necesitan, es deber de todos el apoyarlas, indistintamente de la ideología que tengamos o la dirección de nuestro voto. Por la propia ley de la naturaleza, todos tenemos o tendremos que pasar por un médico, nos atenderá un enfermero, estaremos hospitalizados, y para cuando llegue ese momento, querremos una atención de primera.
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