Después del congreso nacional-marianista del Partido Popular, y proclamado Rajoy emperador de los romanos por aclamación nuevamente, llegará en marzo el congreso regional-morenobonillista del Partido Popular andaluz. Bien le podrían poner por megafonía a todo trapo esa estrofa del himno del centenario del Real Betis Balompié, que dice: “Con el arte que te sobra/con la gente que te quiere/en el tiempo y la memoria/man que pierda blanco y verde”. Eso, de premio por los buenísimos resultados ante Susana Díaz. Pues eso, “man que pierda”, ahí. ¿Yo? ¡Seguir!. Evidentemente, cada cual, en su casa, se organiza como le viene en gana o mejor le parece. El caso del PP no es una excepción. Pero por último, tocaría el congreso provincial del Partido Popular de Jaén, en el que Fernández de Moya lleva ocupando su presidencia “nada más y nada menos que 16 años de las antiguas pesetas”, que diría el aludido.
Quiere presentarse además de esta candidatura oficialista la del también popular, regidor de Porcuna, Miguel Moreno. ¿Por qué ha de ser noticioso que haya más de una candidatura en un congreso del PP? ¿Por qué tiene que existir ese chirrido? De cara a la calle, se podrá decir que está en su derecho. Sólo faltaba. Pero la prueba palpable de que es algo que no está bien visto, no es otra que esa celeridad de alcaldes y presidentes locales del partido, que se han tirado en plancha, para jalear a Fernández de Moya a otro mandato al frente del PP provincial.
Son dieciséis años de Fernández de Moya a los mandos del partido en la provincia. Con posibilidad real de que sean veinte. Efectivamente, porque lo han votado. Ya podrá decirse si los compromisarios y sus avales son el mejor modo o no. Pero lo que está claro, es que la reivindicación de regeneración, democratización, participación, y sobre todo, apoyo del Partido a los municipios, es algo de justicia.
¿De verdad puede decirse que “ha sido su partido quien le he pedido presentarse a la reelección”? Quien sabe de esto, sabe igualmente que no es cierto. Esto no funciona así. Yo me voy a presentar, y vosotros vais a tocar el cuerno de guerra. Concejal, parlamentario autonómico, presidente provincial del partido, alcalde, senador, diputado, secretario de Estado… ¿Tan imprescindibles somos? ¿Tan vanidosos somos? No. Es que una cosa va con la otra. Y como decía el huérfano Oliver Twist pidiendo otro plato de comida, “por favor, señor, quiero un poco más”.
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