Congresos y palmas

Poco más se puede decir de este fin de semana de congresos de partidos políticos. Primeramente fue el de Ciudadanos, que ahora están encantados de conocerse...

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Poco más se puede decir de este fin de semana de congresos de partidos políticos. Primeramente fue el de Ciudadanos, que ahora están encantados de conocerse a sí mismos como liberales progresistas y no como socialdemócratas, que es como se han definido hasta la fecha. Curiosa forma de enmascarar lo que es un complejo de sentirse de derechas, pero que no se diga muy alto, no vayan a pensar mal de mí. De otra parte el del PP, donde nuevamente vuelven a congregarse sus compromisarios, que no sus militantes, para ir a dar aplausos. Nada más. Es decir, que todo siga igual. Nula democracia interna, una persona para doce millones de cargos dobles, que diría Piturda, y “presidente, presidente, presidente” aplaudiendo frenéticamente con las orejas para catapultar las veces que haga falta a “oa, oa, oa, Mariano a la Moncloa”. Sanseacabó. Ni se dio el debate entre aquellos militantes que defienden la vida y los otros que están a gusto con la Ley Aído. Cataluña, ya se verá, si eso. A callar que va a hablar Mariano para decirnos uno de sus retruécanos que solo a él le hacen gracia. Vaya congreso. Para votar a Mariano con unos porcentajes de aprobación que harían languidecer al mismísimo Stalin en el PCUS, y decir que todo está de maravilla y a seguir así, más les hubiera valido quedarse en sus respectivas casas. Pero eso sí, chitón, que hay que repartirse los cargos. Y luego está el congreso de Podemos. Finalmente se ha impuesto Pablo Iglesias en ese batiburrillo que son los pablistas por un lado, los errejonistas por otro, los anticapitalistas, los hititas, a los amorreos, cananeos, ferezeos, heveos, y a los jebuseos…


Estos congresos de todos los partidos, ocasión que ni pintada para lucir esos tarjetones de plástico tan preciosos que llevan colgados al cuello, nos indican lo mucho que se quieren a sí mismos y lo poco que quieren a su país, que es España, porque dedican unos esfuerzos ímprobos a postularse a tal o cual cargo, a derrotar a esta o aquella facción, y sin embargo, cuando llega la hora de resolver de verdad los problemas de los trabajadores, de los autónomos, de las madres solteras, del paro juvenil, de la pobreza, de los problemas que nos acucian, así estamos… Hasta el siguiente congreso. Por cierto que ahora llega el del PSOE y ha dicho Susan Díaz: “Tengo ganas, fuerzas e ilusión. Me encanta ganar.” A temblar.

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