Puro

Decía algunos años Alfonso Guerra con ese verbo suyo, tan dado a la chanza y a la burla, que Rajoy era un haragán que estaba todo el día tumbado en la hamaca...

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Decía algunos años Alfonso Guerra con ese verbo suyo, tan dado a la chanza y a la burla, que Rajoy era un haragán que estaba todo el día tumbado en la hamaca fumando un puro… Esto lo dijo cuando el PSOE, que gobernaba en España, apenas podía atisbar entonces la profunda depresión y crisis interna que ha ido experimentando y agravándose con el paso del tiempo. Entre tanto ha dado tiempo a que Zapatero dejara una herencia socialista envenenada, a que Rubalcaba siguiera ese itinerario de derrota en derrota, a que surja un Podemos, a que Podemos reviente también internamente, a que Pedro Sánchez terminara de enterrar los hierros oxidados que quedaban de aquel PSOE “Rey Sol” y a que la izquierda se encuentre en estos momentos, de rodillas, ante ese haragán que estaba todo el día fumando un puro en la hamaca.


Pero, ¿qué le sucede a la izquierda en España? ¿Por qué ha llegado a este extremo de disolución y atomización? Es más, ¿por qué fracasa la izquierda en casi todo el mundo? La última, y no chica, ha sido la derrota de Clinton ante Trump en los EE.UU. ¿Por qué hay esas luchas internas en Podemos? Hoy en día el fracaso del progresismo y de la izquierda es casi total. La explicación, a mi entender, radica en la separación que se ha producido entre los partidos de izquierda o progresistas y su electorado ¿Honestamente pueden pensar en Podemos, IU, el PSOE o demás partidos progresistas a nivel mundial que el problema de sus votantes está en el “miembros y miembras”, en el feminismo de foto y pancarta, en los derechos territoriales como en Cataluña, o en toda esta ingeniería social que nos han ido inoculando cuando han gobernado? ¡No! El votante de sentimiento progresista o de izquierdas quiere ante todo una vida próspera, donde verdaderamente y más allá del discurso, sus hijos, tengan las mismas oportunidades que el hijo del rico para progresar en la vida. Quieren hospitales, colegios y justicia públicos ¡de ejemplo! ¿Y quién va a parar al mundialismo económico que controla prácticamente nuestras vidas? ¿El Estat Catalá? ¡No! Estados fuertes y unidos con potencia, fuerza y control, que le digan a todas esas élites económicas ¡No! ¡No, porque yo, el Gobierno, he sido elegido por mis compatriotas ¡patria! y no por el capital y usted se somete a lo que yo, como Estado, le diga. Cuando la izquierda retome el sentir y el pulsode su votante, volverá, porque también es necesaria. Mientras tanto, a seguir viendo fumar el puro.

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