Las cosas de comer

Revela el último informe PISA de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) acerca de la educación en España las diferencias en...

Publicidad Ai Publicidad AiPublicidad Ai

Revela el último informe PISA de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) acerca de la educación en España las diferencias en cuanto a éxito o fracaso escolar, siendo que el Norte español ha salido mejor parado mientras que el Sur no ha tenido tanta suerte. Sobre la educación, así como con la sanidad, que son cosas que coloquialmente podríamos llamar “cosas de comer” con las cuales ya se sabe, no se juega, resultan alarmantes estos datos. ¿Por qué han de ser mejor los resultados en educación en País Vasco que en Castilla la Mancha? ¿Por qué ha de ser distinta la sanidad en Navarra que en Andalucía? ¿Dónde estriba la diferencia? Que yo sepa dos más dos son cuatro aquí y en la China Popular. En cuanto a gramática es la misma para todo el idioma español. Geografía, Filosofía, Inglés, Historia son las que son y no las que queramos que sean… Y un paciente enfermo de un cólico nefrítico necesita de un médico de urgencias que lo atienda tanto si sesea, como si cecea, como si no lo hace o habla gallego, catalán o eusquera. El Estado de las autonomías tiene en estos disloques la causa, la explicación y la culpa de lo que es una auténtica barbaridad. Nunca debieron de cederse competencias estatales o centrales en estas materias, porque son pilares básicos y fundamentales en todo Estado, que evidentemente no pueden dejarse en manos de lo que paulatinamente, y al arbitrio de los enjuagues políticos de turno, han venido a desembocar en pura y total desigualdad, y de la peor. No son normales estas autonomías a las que se les ha dado manga ancha para legislar en materia educativa o sanitaria para mayor desigualdad de los españoles. No es ese el objetivo de un Estado serio, sino al contrario, tender hacia la igualdad, cuanto mayor mejor, de todos sus habitantes. Es recuperar la exclusividad en materia educativa y de sanidad por parte del Estado, la única vía posible para mitigar estas diferencias que van en contra del sentido común y también contra el sino de los tiempos. La pena es que en esta coyuntura política absolutamente desquiciada, poca solución o ninguna, o peor, todo lo contrario, podemos esperar. Las autonomías, que deberían de ser meras herramientas administrativas para acercar lo público al ciudadano, se han convertido, a la vista está, en mini-Estados donde la sinrazón y el juego político partidista e interesado se han impuesto al bien común.

Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN