Lo que cabe esperar

Ahora que tenemos Gobierno, vamos a contar mentiras, tralará. O más bien verdades. Qué bueno es conocerse. Alguna ventaja tendría que tener repetir con Rajoy...

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Ahora que tenemos Gobierno, vamos a contar mentiras, tralará. O más bien verdades. Qué bueno es conocerse. Alguna ventaja tendría que tener repetir con Rajoy. Porque después de cinco años sabemos lo que nos vamos a encontrar en el poco o mucho tiempo que dure esto. La historia no tenía su fin en nombrar un presidente del Gobierno, sino que ahora queda por determinar el itinerario que va a seguir este a lo largo de su mandato, quizá lo más importante. Para ello, hay que partir de una base, que es lo hecho durante estos años, para así, pronosticar lo que cabe esperar del Ejecutivo que se nombre y su labor.


En esencia, los retos a los que se enfrenta son muy parecidos a los que ya había hace cinco años cuando Mariano Rajoy consiguió mayoría absoluta, pero claro, ahora no la tiene, y eso, visto el paño que nos gastamos, tiene difícil y preocupante pronóstico.


Siguiendo el orden de las preocupaciones de los españoles, cabe preguntarse qué podemos esperar de este Gobierno respecto de política económica, corrupción, independentismo, etc. Abordando el primer asunto, la Unión Europea espera de España un ajuste presupuestario de once mil millones de euros durante los próximos dos años. Luego, si cuando este Gobierno fue fuerte y tenía mayoría absoluta, claudicó ante los burócratas de Bruselas demostrando el más arrastrado de los vasallajes jamás vistos, ahora no esperemos cosa distinta. Ese dinero saldrá de los nuevos recortes a los que tendremos que enfrentarnos. Siguiendo con la corrupción, en vista de que los resultados electorales por dos veces obtenidos, demuestran claramente que los escándalos en esta cuestión no pasan factura, dudo mucho que en lo venidero sean capaces de atajar este problema como es debido. Por último, y abordando ahora la amenaza independentista en Cataluña, si en cuatro años de mayoría absoluta no tuvieron agallas bastantes para cortar de raíz con este disparate que es la vergüenza de España, dentro y fuera de sus fronteras, tampoco pienso ni opino que en este momento, de franca debilidad, vayan a mostrar la firmeza que en el pasado no practicaron.


Entonces, y visto que tendremos que enfrentarnos como país a los mismos problemas de antes, pero con un Gobierno más débil que el anterior que no fue capaz de resolverlos, como reflexión final cabe preguntarse también cómo serán de torpes los demás, para que sean los mismos, pero en peor, los que tengan que enfrentarlos. Apañados vamos.

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