Toca mover ficha

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Nos dice el sabio refranero español que “cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar”, y aunque ni Artur Mas es vecino de Rajoy, ni se deja barba, Mariano bien que la lleva y se la pueden pelar muy a su disgusto como al catalán, que ha tenido que hincar la rodilla y orillarse a la cuneta para desbloquear la investidura de la presidencia de la Generalitat. Los separatistas van en serio. Si alguna duda quedaba acerca de si todo este guirigay era una pantomima o por el contrario era una amenaza cierta, se han despejado ya a la vista de que el independentismo inmola en la mesa de sacrificios a su elegido con tal de alcanzar lo que pretenden.


Bien hemos visto entonces que tienen un objetivo claro, romper España, pero ¿y los que están para defenderla? ¿Lo tienen igual de claro? ¿Serán capaces de asumir algún sacrificio para ello? ¿Podría Pedro Sánchez asumir que no ha ganado las elecciones y tiene que dar su brazo a torcer? ¿Comprenderá Pablo Iglesias que para independentistas ya los hay y mejores que él? Y sobre todo, ¿estaría dispuesto Mariano Rajoy a dar paso a otro candidato con tal de formar gobierno?


No deberían de tardar ni un segundo más los protagonistas de estas incógnitas en despejarlas, puesto que desde hoy mismo ya hay un gobierno en Cataluña que está dispuesto a lo que sea con tal de ocasionar un daño moral y material irreparable. La espera se está haciendo insidiosa y exasperante y solamente Ciudadanos se muestra proclive al acercamiento de posturas frente a un Partido Popular aferrado a su pírrica victoria, a un PSOE que no entiende las claves de su decadencia y maquina como puede para tapar sus vergüenzas y un Podemos que quiere defender sus postulados desde el cerro.


En este momento la política nacional está más falta que nunca de generosidad y de altura de miras, y no es inconveniente esa fragmentación del Congreso, porque si de verdad hay voluntad, cuantos más sean los partidos políticos que le digan no al nacionalismo catalán, mayor será la fuerza y el respaldo de la negativa y más duraderos serán sus efectos. Ciertamente, hay una buena oportunidad de dar carpetazo a todo esto. Pero claro, es necesario también, al menos, estar igual de espabilados y mostrar el mismo interés con el que se están empleando al otro lado. Qué menos.

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