Una ciudad en coma

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La semana pasada, al tiempo que la prensa giennense informaba de la plaga de ratas y cucarachas que infesta los barrios de Jaén, Fernández de Moya se encontraba ejerciendo sus otras funciones como senador. Alcalde solo a tiempo parcial, en esos momentos su actividad quedaba retratada en una escena que ya es consustancial a su persona, la de sujetar desde la tribuna de oradores algún cartel o fotografía que acompaña su discurso. En este caso era el turno del famoso cartel electoral de Zapatero del año 2008 "por el pleno empleo". Está visto que su argumento de la herencia recibida tiene aún larga vida por delante, no ya en el Ayuntamiento sino también en el Senado.


Además de esa recurrente puesta en escena en sus intervenciones públicas que recuerda a la postura que tiene nuestra imagen de "La Verónica", cabe preguntarse si encontrará algún momento libre para solucionar el problema de las plagas antes mencionadas, ya que a sus funciones como senador, parecen añadírsele ahora los malabares internos que habrá de hacer en el PP de Jaén para acomodar en el Congreso o en el Senado, de cara a las elecciones generales, al incombustible Gabino Puche, a otros compañeros de partido, y por supuesto, a su propia persona; además de un eventual "cunero" que pudiera aterrizar en la candidatura de Jaén impuesto por Génova (los militantes y la democracia interna bien, gracias).


Pero ciñéndonos a lo que nos afecta como vecinos de Jaén (ratas, cucarachas y otros asuntos de índole escatológica), y en el conocimiento de que tan atareado alcalde poco o nada hará por… falta de tiempo material, cabe preguntarse por la oposición municipal. ¿A qué se dedican?, ¿cuándo tienen pensado hacer algo?, ¿va a seguir Jaén en este estado sin que sea convocada una protesta vecinal?. Las culpas son concurrentes en un gobierno y oposición presididos por la desidia y la complacencia, la falta de bríos y la indolencia. De todos nuestros representantes municipales solo hemos podido apreciar pulso a la hora de discutir por las liberaciones, es decir, el dinero que cobran, por lo demás nada. No sé si la oposición olvida que la calle, además de para pedir el voto a los viandantes cada cuatro años, sirve también para manifestarse. Por parte del tejido asociativo o vecinal tampoco aprecio gran respuesta. En definitiva, supongo que como siempre, la movilización estará reservada para cuando cierren algún graderío en peligro de La Victoria. El fútbol, esa será la preocupación. Una lástima.

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