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El mal trago

De buena gana despotricaría del tren si no hubiera llegado a su hora a mi destino, pero los trenes llevan años sin pasar por una estación fuera de servicio...

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De buena gana despotricaría del tren si no hubiera llegado a su hora a mi destino, pero los trenes llevan años sin pasar por una estación fuera de servicio como la nuestra. “No hay nada más bello que lo que nunca he tenido”. Un problema menos. Nunca tendremos el mismo derecho a decidir, porque en el peso de la Ley la posición social y económica cambia raseros, apriorismos y puntos de vista, y nos condena a una suerte de asimetría financiera del estado central consistente en dispensas y beneficencias a cambio de carencias estructurales consentidas. Todas las peticiones urgentes que desde Jaén se hacen a las administraciones superiores para modificar drásticamente nuestro sino histórico caen en saco roto pese a las mentiras piadosas que traen de vuelta.


No sé si el plan Activa Jaén constituyó, en el contexto de aquella efímera alineación de astros que logró sin darse cuenta ZP, todavía atrapados en la euforia por un crecimiento que parecía no tener fin, algo más que una suma anual ordenada de partidas presupuestarias de todos los gobiernos con destino a esta tierra de María santísima. Desconozco qué fue, si es que alguna vez fue algo, de la discriminación positiva que inexorablemente nos aguardaba, y de la que siempre alardeaban en campaña electoral cuantos políticos forasteros nos visitaban. Huelga seguir apremiando con lo que pudo ser y se quedó en nada. Pocos, muy pocos creyeron en el porvenir industrial de la provincia de Jaén, especialmente después de los millones públicos enterrados en Santana. ‘El Plan de Reindustrialización de la N-IV’ fue la cantinela difusa, etérea, con que echaron los dientes la generación de jienenses de los años 80 y 90 del siglo pasado. Y ahora, tras tantos años de cantos de sirena, resurge en el marco 2014-2020, una de esas herramientas europeas, ITI (Inversión Territorial Integrada), concebidas en pos de la cohesión de los territorios urbanos periféricos de la UE especialmente vulnerables, decadentes. Cada estado miembro debe invertir un mínimo del 5 por ciento de los recursos asignados por el FEDER a la aplicación de estrategias integradas para el desarrollo urbano sostenible. El vicepresidente de la Junta de Andalucía, Jiménez Barrios, cuentan, hizo cuanto estuvo a su alcance para que su provincia, Cádiz, sumida en la reconversión industrial y el paro, fuese finalmente incluida en 2015 en esta iniciativa comunitaria. Ahora, tarde y mal, pasa este tren por Jaén, se habla de una ITI para Linares, su alcalde se fotografía con Fernández de Moya en su despacho madrileño, y las reacciones no se han hecho esperar. El regidor capitalino, Javier Márquez, enérgico, reclama en redes sociales una de esas soplapolleces europeizante preñada de millones para la ciudad de Jaén y el resto de la provincia: “Exijo una inversión territorial integrada (ITI) para Jaén y toda la provincia”. La plataforma “Jaén Merece Más” se pronuncia en similares términos, amenazando con una réplica de la sonada movilización del 17 de junio.


No le faltaba a José Enrique más que la foto con Juan Fernández, después de la que le está cayendo a resultas de su protagonismo en la intervención del Ayuntamiento de Madrid por parte del Ministerio de Hacienda, y la no menos erosiva persistencia de sus críticos internos en el PP jaenita –que se plantaron hace unas horas en Sevilla con ochocientas firmas reiterando la petición de apertura de expediente disciplinario a Fernández de Moya y Javier Calvente por supuesto pucherazo en la gestión y el desarrollo del último congreso provincial-, para que los más viejos del lugar pronosticaran a ciencia cierta que la primera Cruzcampo Navidad del viernes se le iba a atragantar un tanto –porque no gustándole, ni bebe ni deja beber-. Agobiado por las evidencias, cuando le preguntan por la división en casa de su partido, prefiere abrazar el surrealismo del automatismo psíquico que niega la realidad en su exclusivo beneficio, aludiendo a la capacidad de vencer obstáculos y ganar elecciones de los dieciocho mil afiliados de un Partido Popular de Jaén, por más que se empeñe en lo contrario, hecho trizas en la actualidad por culpa de su engolado ensimismamiento. En sentido contrario a la impopularidad creciente de Josenri, su sucesor en el despacho de Alcaldía, Cuqui para conocidos y afines, estrenaba ayer, domingo, el proceso hacia la peatonalización efectiva del centro urbano. Meterle mano de una vez por todas a la sempiterna y laberíntica cuestión sin gastar lo que no se tiene ni proyectar obras babélicas. Admirable.

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