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Avales y esperanzas

La manifestación del sábado, 17, a las 7 de la tarde -6.000 concentrados, según los convocantes- es un aval de protesta y rebeldía contra la marginación...

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La manifestación del sábado, 17, a las 7 de la tarde -6.000 concentrados, según los convocantes- es un aval de protesta y rebeldía contra la marginación y el olvido que cualquier político local puede esgrimir cual amenaza ante las más altas instancias de su partido. Hasta ahí, llegamos. Venimos de la cruda/chusca realidad de una tierra al ralentí que históricamente ha padecido la indolencia de una clase dirigente dispuesta siempre a justificar los desplantes de sus jefes. Jaén es la constatación más fehaciente de que, en política, como en tantas otras suertes de la vida, el tancredismo es una opción, una actitud ante la vida, una forma de afrontar las aristas del destino desde la inacción del ‘verlas venir’, o “sea lo que Dios quiera”, o “lo que digan los de arriba”. Y aquí, entre tu propia gente, defender lo indefendible: cabrones consentidos. O estómagos agradecidos.


El alcalde de Jaén, Javier Márquez, fue el primero en considerar la manifestación del 17, a las 7, un aval solvente con que aporrear la puerta de los despachos, una y otra vez, en el nombre de Jaén. La primera, en la frente. Museo de Arte Ibero. Terminada la obra, ejecutada íntegramente por la Junta, el Estado dilata/aplaza una mera “mutación demanial” que permitiría al Gobierno andaluz inaugurar un espacio cultural concebido para alimentar la autoestima y la oferta turística complementaria. Ni siquiera en algo tan elemental se ponen de acuerdo. Han tenido años, desde principios de la década pasada, para resolver ese simple trámite, ese pequeño embrollo legal que permita a la Junta gestionar con plenas garantías la nueva instalación/institución museística. De entrada, el Ayuntamiento pretende conservar la titularidad del terreno, cedido por la administración central, con este único fin, en el suelo de la antigua cárcel, a sabiendas de que el Gobierno andaluz correría con todos los gastos en la concreción de la iniciativa. La Junta confiaba en que el Ayuntamiento, terminada la obra, renunciara automáticamente a la cesión que le hizo  en 2001 el Estado, en aras de la rápida formalización del acuerdo definitivo entre el titular original del inmueble y quien edificó la nueva infraestructura, en este caso cultural, y aspira legítimamente a gestionarla.


Márquez anuncia la celebración de una reunión conciliatoria a principios de julio. ¿Primero hay que generar el problema y luego contribuir a resolverlo? ¿Pirómano y bombero, al mismo tiempo? Con todo respeto, huele a estilo conocido, a conflicto permanente, al frentismo tancredista del tranvía extrapolado a cualquier acción con participación de administraciones públicas de otro signo. El Museo de Arte Ibero, pues, llega tarde, tarde para ser solo tarde, y con cortapisas insufribles de última hora. A ver cómo anida el espíritu inconformista de la manifestación del día 7, a las 7 de la tarde, en cuantos nos gobiernan.


Entretanto, Paco Reyes, en calidad de presidente de la Diputación, hoy, hace balance de los dos primeros años de la corporación provincial 2015-2019. Una institución saneada que reforzó su relación con los dos socios profesionales del agua y de la basura, al tiempo que resolvía, sin competencias pero con dinero por delante, contante y sonante, conflictos enquistados como el puente en Torreblascopedro hacia Vados de Torralba o el pabellón deportivo cubierto –en Ifeja- que demandaba, en la ciudad de Jaén, un club capitalino como el Jaén Fútbol Sala. La Diputación de Reyes, adalid de los pequeños, por tanto, puede congratularse de echar un ojo protector, importante también, al municipio más poblado de la provincia. El principal aval de la alternativa PSOE en el Ayuntamiento de Jaén se cimienta precisamente en este tipo de gestos, que Paco Reyes rentabilizaría en caso de optar a la alcaldía de Jaén –hipótesis tan descabellada como recurrente- o, en su defecto, cualesquiera de sus subordinados mejor situados: Fernández Palomino y Valdivielso Sánchez, mayormente.


81 años después, la única alcaldía jienense que se le resistía al PSOE tras la restauración monárquico-democrática cuenta ya con un alcalde socialista, Torredonjimeno, Manuel Anguita. El socio de IU cumplió su palabra y cedió el bastón de regidor a los dos años. Aún en la gozosa misiva del secretario local del PSOE, convocando al pleno extraordinario, el delegado Juan Eugenio Ortega se curaba en salud con respecto a la consumación –o no- del relevo con un inquietante “previsiblemente”. A pocos kilómetros, en Porcuna, a Miguel Moreno insuflaban ánimos las declaraciones de Juanma Moreno en Sevilla reconociendo “dos legitimidades” en el PP de Jaén. A nadie amarga un dulce. Llegando a San Telmo –en vos confío, bondad infinita-, todo sacrificio se habrá dado por bien empleado. Y recompensado.

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