La política es poder, y para mandar es necesario pertenecer a los reducidos círculos donde se adoptan los principales acuerdos. Así de básico. Me podrán contar todas las milongas que quieran sobre la horizontalidad de que dimanan, de abajo arriba, las grandes decisiones, pero las determinaciones concluyentes siempre partieron de las cúpulas, de arriba abajo. No sé si me explico. Aquí no caben los grises: o influyes de veras, y te haces notar, o te ningunean, condenándote a la invisibilidad. Por más que el concepto constitucional de la equidad territorial sea doctrina a la hora de asignar partidas en cualquier presupuesto general de los gobiernos central y autonómico, Jaén sigue pintando poco, muy poco, en el reparto de la inversión pública. Tanto pesas, tanto vales. Tanto influyes, tanto progresas. De ese pernicioso círculo vicioso, reconozcámoslo, solo creímos salir ocasionalmente cuando algún jefe provincial de los dos partidos mayoritarios escalaba puestos en la nomenclatura. Mero espejismo.
Hubo un día, ya lejano, en que Gabino Puche fue el líder andaluz del PP, optando a la presidencia de la Junta. Más cercanas, en el pasado reciente, fueron las ínfulas del zarrismo, gracias a la preeminencia en Sevilla del pequeño/gran Gaspar. Hoy día, en cambio, nos conformamos con apelar a la cuna del denostado ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, últimamente más en el filo de la navaja del cese o dimisión que nunca, a raíz de que el Tribunal Constitucional tumbase su controvertida amnistía fiscal –a la que se acogieron infinidad de políticos de cuestionada moralidad, pese a que el TC, aun estimando el recurso de inconstitucionalidad, preserve la seguridad jurídica al no anular las regularizaciones hechas-. Que Montoro se tambalee, como comprenderán, no dibuja un horizonte muy halagüeño al porvenir en Madrid del subordinado que le encasquetó Dolores de Cospedal tras la constitución del actual gobierno de Mariano Rajoy, el paisano José Enrique Fernández de Moya, nombrado -en la estructura de su ministerio- titular de la Agencia Tributaria y de la secretaría de Estado de Hacienda.
Asimismo, en el PSOE provincial, el asalto a los cielos bosquejado por Paco Reyes y su staff, al alinearse con Susana Díaz en la batalla de las primarias federales, se frustró de la noche a la mañana. No obstante, en la reciente remodelación del gobierno de la Junta se propaló el rumor de que Reyes fue tocado por la presidenta, aunque se diera por hecha –de antemano-, después del infarto agudo de miocardio que sufrió el pasado mes de abril en Ibiza, la respuesta negativa del interesado. En los partidos emergentes, Podemos y Ciudadanos, los influencers jienenses en los cuadros de mando brillan por su ausencia. En resumidas cuentas -nunca mejor dicho, porque todo es cuestión de dinero, de inversiones estructurales, de apuestas firmes o no-, al pintar cada vez menos en Madrid y Sevilla, al profundizar traumáticamente en nuestro cerocerismo, la manifestación del sábado en Jaén, el 17 a las 7 de la tarde, convocada por la plataforma “Jaén merece más”, que logró reunir –sábado, casi 40 grados a la sombra-, a 6.000 personas, constituye un indubitable éxito dada la indolencia/inconsistencia que, como pueblo, nos atenaza históricamente.
Y mientras en la capital del Santo Reino de la resignación, el sábado hubo carreras de caballos en Bernabé Soriano en honor al Condestable Iranzo, y el domingo, Corpus Christi, glorioso y sudoroso para los niños de primera comunión, la flor y nata del socialismo jaenciano se desplazaba a Madrid a participar, es un decir, en el 39 Congreso Federal del PSOE. A otra cosa, mariposa. Pedro Sánchez, con su ejecutiva fetén, donde la integración se redujo al rescate de Patxi López, salió reforzado del cónclave, “Ave fénix”, “Somos la izquierda”. Jaén es la única provincia andaluza sin dirigente en la nueva ejecutiva. Los susanistas hicieron amago, la noche del sábado, de espantá. De hecho, Susana cambió su asistencia a la clausura por una feria aeronáutica en París. 8 andaluces en la dirección, todos sanchistas, ninguno jienense. Susana Díaz y Paco Reyes siguen caminando juntos. Pronto llegarán sus reelecciones en los congresos regional y provincial. Ambos, al anunciar su propósito con antelación, cierran el campo a la especulación de que la primera tire del segundo hacia San Vicente, sin descartar algún gesto de reconocimiento a la lealtad.
En el desfiladero de las causas perdidas, lacerante vía muerta donde agonizan y mueren tantos viejos sueños de esta tierra, equidistantes del acostumbrado, pim, pam, pum partidario entre PSOE y PP, todavía 6.000 valientes se permitieron el sábado confabularse contra los elementos y el establishment. Vaya por ellos, hoy, el modesto tributo de este “Reino de pintamonas”.
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