Consulta a la militancia. Un afiliado, un voto. Democracia directa. Las comparaciones son odiosas, pero el PSOE y el PP no están actualmente cortados por el mismo patrón. En el PP de Jaén, el vencedor en la votación directa del pasado 27 de abril, Miguel Moreno, alcalde Porcuna, quien le sacó doce puntos porcentuales de distancia –se quedó a solo tres de proclamarse candidato único a la presidencia provincial- a su rival, Juan Diego Requena, regidor de Santisteban del Puerto, vio cómo los cálculos previos se cumplían y 32 miembros natos del Congreso, en su condición de integrantes de la Junta Directiva Provincial por designación personal del presidente saliente, José Enrique Fernández de Moya, le daban la victoria a su oponente. 421 a 376. Como vaticinaba el propio Moreno, en su última rueda de prensa en la sede de San Clemente, no solo eran los treinta y dos que sumaban los otros sino los treinta y dos que ‘ilegítimamente’ les restaban a ellos. Más de sesenta en términos absolutos. Al final, el margen se estrechó a 45 votos, porque a la gente de Requena y De Moya, que había anunciado el viernes que contaría con el respaldo de 479 votos, 58 compromisarios le dejaron en la estacada y no acudieron con excusas tan peregrinas como socorridas -la primera comunión de un sobrino carnal o la boda de su mejor amigo-, asidos al soniquete de que había ventaja para que unas cuantas ausencias no fuesen determinantes. José Enrique, alentado y confortado durante el XII Congreso Provincial del PP de Jaén por su amigo y conmilitón -aquí, en Córdoba y en Madrid-, José Antonio Nieto, secretario de Estado de Seguridad, cerró su último balance de gestión con 256 votos en contra, justo antes de ser proclamado presidente de honor del partido. Álvaro Moraga vino en representación de la dirección nacional y Loles López y Toni Martín de la ejecutiva regional –Juanma no se atrevió a asistir a la pública laminación de quienes se erigieron voluntaria e ingenuamente en sus seguidores acérrimos en la provincia de Jaén-. En la primera ejecutiva de 21 miembros de Juan Diego Requena le flanquean Paco Palacios, Miguel Contreras y Agustín Moral (vicesecretario de Organización, puesto ofrecido hasta el último momento al carolinense Paco Gallarín que, pese a las presiones, se mantuvo en el bando de Miguel Moreno), vuelve la jaenera Elena González a la palestra tras su particular penitencia demoyizada y retornan de sus cuarteles de invierno, asimismo, Miguel Segovia y Jesús Pérez Caballero, decisivos el 27 de abril en el triunfo en Jaén y Martos. Luis Mariano Camacho, Roberto Moreno y Trinidad Rus, entre otros, engrosan un equipo que tendrá como principal reto (¿misión imposible?) restañar las heridas de una división interna que ha abierto al partido en canal. Apretarse los machos. Decisiva, a la postre, la contribución en La Carolina, desde su retiro madrileño, de Ramón Palacios. Le dio la vuelta a la tortilla. Para la rebelión crítica de los patucos del alcalde de Porcuna la principal contrariedad/desengaño/frustración, la manera inmisericorde en que el PP-A, es decir, Moreno Bonilla, la dejó en la más indecorosa estacada. Condenados al sacrificio en aras de la paz, con el caso de Sevilla como antecedente fresco, repetido agravio comparativo (allí ganaron los tutelados por San Fernando y Arenas por 24 votos y los partidarios de Juan Bueno, en la órbita de Zoido y Cospedal) que justificaría el tragárselas dobladas, sin rechistar, sin remover las aguas turbias, en el Congreso de Jaén.
En el PSOE, entretanto, democracia pura, el componente ácrata, rebelde, anti-aparato, que siempre cohabitó con el oficialismo desde la advenimiento democrático de 1.977, confirma el roto al establishment que presagiaba la escasa victoria por solo seis mil firmas obtenida por Susana Díaz frente a Pedro Sánchez en la recogida de avales. Con casi once puntos de diferencia a favor del ex secretario general. Que la mitad de los participaron ayer en el proceso le arroparan resulta inapelable para su oposición interna. Los acontecimientos se precipitan. Antonio Hernando dimite como portavoz parlamentario. En Andalucía, ganó Susana; y Paco Reyes, en su nombre, hizo lo propio en Jaén, pero Pedro regresa a Ferraz y, a partir de ahora, una y otro, como el resto de barones, tendrán que apretarse los machos.
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