Sobremesa del viernes. El Pósito. Dagas y duelos. La proverbial comunión entre dos viejas glorias, Puche y García Anguita, pese a todo, con José Enrique en Madrid, venía sosteniendo la estela victoriosa del PP en ese pueblo grande que es Jaén para la gente de Jaén. Gabino, el junco, Miguel Ángel, el secretario, y Alfonso, el perejil, el icono, el que da nombre al ferial y preside cordialmente, hasta nuevo aviso, el polígono ‘Nuevo Jaén’. Pasaron a peor vida diatribas añejas entre Puche y Sánchez Herrera. Comulgaban, tiempo de después, miembros de una misma iglesia, con una armonía encomiable, para hacer pública profesión de lealtad a Fernández de Moya. A esa misión, santificada a golpes de oración y nómina, se sumaba la infantería comandada por el primer meritorio, Miguel Contreras, y a la que se adherían entusiastas, voluntarios de la primera hora, los alcaldes de Siles y Santisteban -diputados provinciales-, Los Villares y Bailén, la linarense Ángeles Isac, el ubetense Pepe Robles el diputado baezano en Las Cortes Javier Calvente, la parlamentaria regional Catalina García, y veteranos recuperados para la causa demoyista como Paco Armijo. El grupo municipal de Jaén, con la subdelegada Molina al compás, también le tocaba las palmas al jefe. Prietas las filas, hasta que el sábado se lio la marimorena. Junta Directiva Nacional del PP. La incompatibilidad estatutaria para la reelección como presidentes provinciales de Córdoba y Jaén de los secretarios del Estado José Antonio Nieto y José Enrique Fernández de Moya, respectivamente, se consuma. Cospedal no pudo desfacer el entuerto generado por la dichosa ponencia de Martínez-Maillo y el letal artículo 9. ¡¡¡Al carajo el poder orgánico de Josenri!!!
Ataque dominical de nervios (y de cuernos) en la sede de la calle San Clemente. Comoquiera que García Anguita, él ya lo sabía, no es el candidato oficialista que propone/desea Fernández de Moya, el despechado aspirante abandona el sanedrín y se apresta a presentarse esta misma mañana de lunes, por su cuenta, a la carrera por la presidencia provincial. Ya está bien de tragar/esperar. Es ahora o nunca. ¡¡¡Por su santos cojones!!! ¿Respalda Gabino a Miguel Ángel? ¿Tiene capacidad García Anguita para granjearse la adhesión de Segovia y otros ex dirigentes capitalinos del PP que parecían últimamente más próximos al alcalde de Porcuna?
La rebelión de los Patucos que encabeza el regidor Moreno Lorente, afín confeso a Moreno Bonilla, alardeaba del respaldo decidido de 20 alcaldes, 4 o 5 diputados provinciales y un parlamentario andaluz, José Antonio Miranda. 186 cargos públicos de la provincia firmaron el manifiesto presentado este sábado, 1º de abril, y la inesperada división surgida en el seno del oficialismo puede ponerle la presidencia provincial de los populares en bandeja. La fe en la regeneración, a partir de la máxima “Un militante, un voto”. ¿Logrará llegar al 20 por ciento de los compromisarios? Llamadas al orden por parte del equipo de Fernández de Moya, a diestro y siniestro. Que cada dirigente reconducible, de los que salieron en la foto de la puerta del Palacio de San Francisco, recibiera personalmente su amonestación. “Te vamos a quitar de alcalde”. Se referían al de Montizón. Los partidarios de Miguel Moreno -especialmente el alcalde Albanchez, Alejandro Morales, voluntario de la fuerza de choque, acompañado de un notario- lidiaron la pasada semana en las oficinas de San Clemente con impedimentos decimonónicos para el acceso a información tan básica como los estatutos vigentes y la composición de la actual junta directiva. ¿Quién dijo miedo? Miguel Contreras acusaba al adversario de amedrentar al personal de la sede. Un metisaca. “Como entren, os echan”.
Miguel Moreno, el primer precandidato en anunciar sus intenciones. Miguel Ángel García Anguita, dispuesto a emularle hoy mismo. Fernández de Moya, desairado por el aparato de ‘Génova 13’, propondría al parecer para la presidencia provincial al alcalde de Santisteban, Juan Diego Requena, y al regidor de Los Villares, Francisco Palacios, de secretario general, y que se retire Miguel Moreno. Muerto el perro, él, habrá pensado, se acabó la rabia. Pero no. Moreno no transige, sigue en sus trece.
El fantasma rodea la cruz, Pater Noster, ascendiendo hacia el convento de la Diputación por la entrada al aparcamiento. La rebelión de Miguel Moreno nace en los sótanos de la institución provincial, patea la Jaén rural, barrunta la maldición de la Leyenda de El Pósito. Una daga afilada entre Anguita y De Moya. El remordimiento de López de Haro y el desvarío autodestructivo de Diego de Osorio. Y el alcalde de Porcuna, quién se lo iba a decir unas horas antes, viéndolas venir en posición de privilegio.
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