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Políticos de cartón piedra

Atrapados en este febrero loco y ventoso, mes embustero, del último arreón de la recolección de la aceituna, los resplandores de la política nacional hacen...

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Atrapados en este febrero loco y ventoso, mes embustero, del último arreón de la recolección de la aceituna, los resplandores de la política nacional hacen olvidar las mediocres diatribas que nos depara la política provinciana. Observen a los maniquíes de cartón piedra que, a un lado y otro, dicen representarnos. Figuras inanimadas, efigies instaladas en escaparates que siempre nos resultarán familiares. Ciudadanos renuncia a la influencia ideológica de la socialdemocracia a favor del “liberalismo progresista”,  escorándose hacia una derecha donde el PP suele dejar espacio cuando las circunstancias fuerzan que saque a relucir el pelo de la dehesa. Podemos, por su parte, enfrascado en los preparativos de Vistalegre II, asiste al traumático divorcio entre Iglesias y Errejón, con la subsiguiente división del aparato en dos grandes listas encabezadas por Pablo e Íñigo, por más que el segundo asegure no discutir el liderazgo del primero con gestos tan visibles de subordinación como presentar su campaña con el fondo de cartón piedra de su imagen abrazada a la de su compañero y rival.


El protagonismo de las asambleas estatales de los dos partidos emergentes relega a un plano secundario el estado de ansiedad que atenaza a Susana Díaz en las horas decisivas de la formalización de su candidatura al poder orgánico en Ferraz. Cuando la enmienda a la totalidad de la política de fusión hospitalaria de la Junta que significan las mareas blancas se hace fuerte en la calle, inconmensurable ante la opinión pública, Susana acepta una petición vieja de Spiriman: las cabezas del viceconsejero de Salud y del gerente del SAS. A buenas horas mangas verdes. Genera tal sensación de inseguridad  y debilidad esta cesión a la protesta que las elucubraciones se disparan sobre las opciones reales de que Díaz Pacheco reconsidere la mudanza. Contrasta la actitud dubitativa de quien más se juega, con la decisión firme, de perdidos al río, de Patxi López y Pedro Sánchez. La Marea jaenera del Cucharón, que quiere que el PSOE se moje ya, sin ambages, con respecto al barajado cierre de la cocina del Neveral, puso la pasada semana entre la espada y la pared a la delegada territorial de Salud, Teresa Vega, veterana componente del clan de Bedmar, con una petición de dimisión que la interesada desoyó, pero que después de lo ocurrido en Sevilla nadie debiera de tomarse en broma. Por lo pronto, este próximo viernes se reúne, tras cinco años sin hacerlo, el Consejo Provincial de Área. Fíjense si no estará el horno para bollos que, aunque se ha revelado que el popular Miguel Contreras intentaba manipular en la sombra, mandando mensajes aleccionadores a miembros de la marea, nadie desde el PSOE osó poner en entredicho la legitimidad de las reivindicaciones.


El papel desempeñado últimamente por Contreras demuestra el grado de confianza depositado por el jefe ausente en el que se antoja, hoy por hoy, a todas luces, su primer peón de brega, y cartón piedra: desde la flamante presidencia de Somuvisa al estrecho marcaje a Javier Márquez, sin desatender la fontanería de San Clemente. Las órdenes de José Enrique van a misa. Ángeles Isac, del clan Tafur, acaba de renunciar al escaño en el Congreso a favor de una paisana de Contreras, María Torres. Una de las críticas más recurrentes entre la militancia era la acumulación de cargos de la política linarense. En vísperas congresuales, ni un cuarto al pregonero. El ubetense José Robles, adalid del enfrentamiento encanallado con los socialistas, desde el 1 de febrero ficha cada mañana en la Subdelegación de Paqui Molina. Poli buena, poli malo. Asimismo, otra de las tareas inexcusables dictadas por el secretario de Estado de Hacienda a Contreras consiste en la culminación del proceso de municipalización de Onda Jaén y la controvertida absorción del medio centenar largo de empleados que componen su plantilla.  Una buena obra, sin duda, más marxista que cristiana, que alinea torticeramente a buena parte de los trabajadores con el PP gobernante. El pleno consistorial, hace justo una semana, en consecuencia, se vio obligado a pedir otro adelanto de la PIE -13,5 millones de euros- para pagar nóminas. Más ruina desde la más absoluta impunidad. Así cualquiera es alcalde, pensará Márquez. Cuqui, en efecto, se agazapa en su horario de mañanas. García Anguita apenas abandona la retaguardia. Gabino no descuida su admirable puesta a punto en el Paseo Marítimo de Torremolinos. Miguel Moreno, el regidor de Porcuna, postulado como alternativa, cada día es más consciente de que José Enrique repetirá en la presidencia provincial porque su oposición interna está compuesta por incapaces y estómagos agradecidos. Se admiten estatuas, ninots y figurantes. Buen sueldo y amplias tragaderas. Un sector crítico, esto es, de cartón piedra.

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