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El caso es que no hay caso

Operación Paraíso. El caso es que no hay caso, a decir del juzgado que investigaba la denuncia de un ex empleado de una de las tres empresas que desarrollaron..

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Operación Paraíso. El caso es que no hay caso, a decir del juzgado que investigaba la denuncia de un ex empleado de una de las tres empresas que desarrollaron la campaña publicitaria de marras, pese al empecinamiento del PP jaenita y de sus dos altavoces mediáticos más reconocidos. No hubo delito, no existió dolo, no se fraccionaron irregularmente los contratos, no se produjo prevaricación alguna, nadie cometió fraude o exacción ilegal. Cito parcialmente el esclarecedor auto de sobreseimiento y archivo de las diligencias previas. “Ningún perjuicio conocido se genera para la Diputación Provincial, ninguna voluntad parece ilícitamente alterada y ninguna finalidad espuria se persigue. Correlativamente, explicada la necesidad de subcontratación para la obtención de mejores precios para el alquiler de los soportes de la cartelería por parte de los representantes de las empresas en cuestión y no justificado, sino al contrario, perjuicio alguno por parte de quien representa y asiste la administración pública implicada en cuestión, no existe prueba de acuerdo alguno entre el representante de la misma y las distintas empresas que genere perjuicio alguno por lo que tampoco existen elementos para imputar delito de fraude a ninguno de los implicados”. Las tres mercantiles concernidas, dedicadas profesionalmente a la publicidad, lograron buenos precios para la Diputación en la ejecución de una de tantas acciones promocionales de la marca “Jaén, paraíso interior”, y el funcionario investigado, hoy delegado de Economía y Empleo de la Junta en Jaén, se limitó a aplicar la legalidad al contratar separadamente prestaciones diferenciadas –o lotes- dirigidas a integrarse en una sola obra –o campaña-. El vilipendiado Antonio de la Torre, pues, ni favoreció ilegalmente a los contratistas –IBP, Aora Comunicación y Comunicaciones Avanzadas- ni se benefició personalmente. Es decir, o sea, lo dicho: que el caso es que no hay caso para disgusto del PP de Jaén –personado como acusación popular y que anunció la interposición de un recurso al archivo del caso - y de su principal aliado en esta burda cacería: el diario Jaén –“Carpetazo judicial, por el momento”. Así comienza su crónica sobre el auto de sobreseimiento-.


Erre que erre. Al enemigo, ni agua. Ni agua, que en un Estado de Derecho es la presunción de inocencia, que se conculcó a los tres investigados a través de las filípicas del presidente provincial del PP –amplificadas por la radiotelevisión municipal a su servicio, Onda Jaén, o como legalmente se pueda llamar en la actualidad- y de las extensísimas y desproporcionadas informaciones que publicó en días sucesivos al 19 de septiembre –día de la detención de las tres personas investigadas- el periódico Jaén. Un castillo de naipes que el rigor de la investigación judicial desbarató con una facilidad pasmosa. Pero la animosidad puesta en la escenificación del escarnio público por parte de sus instigadores –pena del telediario incluida, a propósito del traslado con esposas de los tres detenidos- barruntaba que el acuerdo de archivo de la juez Ballesteros no sería el final de este complot. Miguel Contreras, portavoz en Diputación, vicesecretario general del PP, revelaba un secreto a voces: recurrirían el sobreseimiento –ojo por ojo y diente por diente- como el PSOE había hecho en el Caso Permuta, donde él era precisamente el investigado. El periódico otrora del Movimiento tampoco podía cejar en su empeño al colocar la Operación Paraíso en el foco de la sospecha a su ex director general, Alejandro Mas, todavía accionista del diario y el ejecutivo que con mayor determinación fiscalizó la labor de su singular director, Juan Espejo –“Carpetazo judicial, por el momento”.


Las reacciones se suceden. No contentos con el daño infligido a la imagen y el honor de los tres detenidos, PP y diario Jaén siguen indisolublemente unidos en la persecución de sus propios fantasmas. Al pobre Contreras le azuza su jefe De Moya, el mismo que con tanta frecuencia le recuerda, al detectar el menor fallo en la cumplimentación de sus órdenes, que toda su vida laboral se la debe a él desde que acabó Derecho en la UJA. Lo de la ojeriza de Espejo a Mas, detalles al margen, también cae por su propio peso. El último EGM, Estudio General de Medios, publicado el pasado jueves, reafirmaba que Viva Jaén, del que Mas Ramírez en su nueva etapa es consejero delegado, supera ya en lectores de Jaén capital a diario Jaén. El liderazgo ha cambiado de manos y a algunos no les queda otra contraofensiva que las malas artes. Así les va.

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