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Todo gratis

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, una pepera de proyección y maneras, enzarzada en el debate fiscal de la región con el socialista...

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La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, una pepera de proyección y maneras, enzarzada en el debate fiscal de la región con el socialista Ángel Gabilondo, se despachaba a gusto: “Los madrileños están pagando 3.000 millones de euros para que los andaluces tengan sanidad, educación y demás". Ante el ‘todo gratis’, arma arrojadiza contra el chivo expiatorio, que nos atribuyen desde que España es un estado de las autonomías y las comparaciones odiosas, que nadie se alarme, no debiéramos reaccionar más que con desprecio hacia quienes, desde Madrid y tiempos inmemoriales, nos esquilman –actividades económicas desarrolladas en Andalucía por compañías con sede social y fiscal fuera de ella- y catequizan –recreando la miseria del sentimiento de culpa de los históricamente colonizados- en sus anodinas diatribas parlamentarias. No lleva razón. Lo dijo al instante, en respuesta castiza y concluyente, Susana Díaz: “Es mentira. Algunos se emocionan mucho con banderas y después hacen discursos que van radicalmente en contra de la igualdad y de la unidad de un país". Cifuentes seguramente no sepa nada de nuestra deuda histórica, nunca del todo satisfecha, ni de la solidaridad entre territorios, que consagra la Constitución, o simplemente hace un ejercicio prototípico, vomitivo y gratuito, de demagogia. Y quienes le responden con argumentos patrióticos solo avivan la llama de un resentimiento de ida y vuelta.


No es de balde, mire usted, sostener en provincias andaluzas como Jaén el monocultivo del olivar cuando el mayor beneficio sigue urdiéndose en los mercados y en los despachos, y no en el árbol, en el tajo y en la almazara. Las previsiones reducen la producción fuera de Jaén y Andalucía. La realidad dicta una rebaja del primer aforo de la Junta en el conjunto estatal en 70.000 u 80.000 toneladas. Caídas pronunciadas, confirmadas, en Tunez, Italia o Grecia.  En el país transalpino, el virgen extra ya se cotiza el kilo a 5,50 euros. En España repunta hasta los 3,30 euros. Revivir las desquiciantes subidas de mediados de 2015 sería volver a las andadas. Solo en Jaén no se desinflan los cálculos de aceituna para la campaña 2016-2017. Pero el fruto, duro en la rama, aún se resiste. Nada es gratis, pese a las subvenciones del pago único de la Unión Europea. Alojamiento gratis en los albergues, con tres días de límite y una creciente legión de parias pernoctando en cajeros bancarios y soportales. Más gratis sería mejor, reclaman las ONGs, cuando la tendencia de las administraciones públicas va precisamente en sentido opuesto. La Junta rectifica a la baja su aportación en pos de la reactivación del tranvía de Jaén. La tachan de tacaña. Y es verdad. No está todavía el horno para bollos. No hay más que pasarse por ciertas plantas de los más vetustos hospitales públicos de Jaén. Pero en el tranvía, a la postre, la Junta, como en Vélez-Málaga, pagará el estudio de puesta en marcha y sufragará de por vida el porcentaje que se acuerde de las pérdidas derivadas del déficit financiero estructural del servicio. Nada es gratis, ni siquiera una mala interpretación del consejero Felipe López, por su parte, de su parte, o por la de la opinión pública/publicada de Jaén, indignada en todo caso.


Cospedal se impone a Soraya en el segundo nivel de cargos del nuevo Gobierno Rajoy. Las secretarías de Estado acogen a gente de su confianza como Fernández de Moya, Hacienda, o José Antonio Nieto, flamante secretario de Estado de Seguridad, ex alcalde de Córdoba, compañero de pupitre parlamentario de José Enrique, el candidato alternativo a Moreno Bonilla que la secretaria general del PP tenía en mente para dar batalla al influjo de Javier Arenas. La identidad del nuevo subdelegado en Jaén será una decisión de la exclusiva competencia de De Moya. Funcionario del grupo A, nivel 26 y de la cuerda. De la cuerda de José Enrique, se entiende. Nadie da duros a cuatro pesetas. III Fiesta del Primer Aceite de la Cosecha de la Provincia de Jaén. Andújar, primero, y una semana después, esta vez, Galicia. La pasada edición: Jaén y Valencia. La cena de este pasado viernes en Vigo estaba fuera de programa. Aprovechando la presencia de Paco Reyes se pensó en agasajar, agradecer la hospitalidad, al alcalde socialista de Vigo, Abel Caballero, con una comida informal a la que asistió buena parte de la delegación jienense. Medio centenar de comensales, y a la hora de hacer cuentas, un ‘a escote’, 35 euros por cabeza, que no gustó nada a una decena de cosecheros que abandonaba el restaurante refunfuñando y sin apoquinar. El malacostumbrarse al ‘todo gratis’ genera episodios tan poco edificantes como este. Para que luego diga Cristina Cifuentes.

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